Manifiesto del Cambio 9: “Las encuestas, un reto a la perseverancia”
Por: Boris O. Núñez V.
De acuerdo a una encuesta de opinión pública de 1,800 encuestados, 6 de cada 10 panameños no consideran que la situación del país esté mejor. Un 55% de los panameños plantean que es necesario mejorar el combate a la corrupción. De este espectro también, un 54% plantea la necesidad de mejorar el turismo en Panamá; la educación y el desarrollo de infraestructura en un 52% de importancia, ambos sectores. Quizás por la coyuntura del momento en que se realizó la encuesta, entre el 6 y 10 de febrero, el tema de medicamentos no estaba en el “top of mind” o en el ojo de la tormenta, por lo que no aparece.
Las encuestas son una fotografía del momento en que se realiza, midiendo la percepción del encuestado (Pánfilo) de acuerdo con el objetivo que se trace el encuestador (Patricio). De alguna manera la formulación de cada pregunta va dirigida a obtener una respuesta determinada en la intención y finalidad que se busca resaltar.
Son instrumentos de medición de la opinión en un tiempo específico. Sin embargo, no pueden ser valoradas como la verdad escrita en piedra, dado que la opinión pública, se enriquece de información constante y cambiante que no sentencian el futuro cercano. Hoy por hoy el principal problema nacional que coloniza la opinión pública, parece ser la corrupción, pero dependiendo de las acciones de gobierno y de la sociedad civil que se asuman para contrarrestarla, es probable que sea desplazado por otro tipo de problemática nacional, como el desempleo o la reactivación económica.
Lo cierto es que así como sucede con los problemas nacionales, que deberán encarar las potenciales figuras presidenciales una vez inicie un nuevo proceso electoral, que serán cambiantes en la medida que las carencias y necesidades sean resueltas, así de esa misma manera los presidenciables se ubicarán en la mejor posición de favoritismo de acuerdo al capital que represente confianza y esperanza.
Hoy por hoy, el panameño vive momentos de incertidumbre y desesperanza en medio del paulatino avance ante la pandemia sanitaria, pero con un letargo en la toma de decisiones acertadas para dinamizar e impulsar la economía. ¿Quién será la mejor figura que se identificará con los valores superiores de un electorado que desea escoger a una persona que dirija el país con perseverancia, sosiego y determinación para así retornar al camino de la esperanza? ¿Cuál de todos los posibles presidenciables se consolidará como la antítesis al sueño del Panamá libre de corrupción?.
Dentro de los partidos políticos existen organismos de consulta y asesoría que analizan estas inquietantes preguntas, para así dirigir un proceso de formación política y cívica encaminado a preparar una oferta electoral que responda al ideario imaginario de la población. En Cambio Democrático por ejemplo, existe la responsabilidad de “… elaborar análisis, tesis y propuestas entorno a problemas de carácter ideológico o político…” (ESTATUTO, CAMBIO DEMOCRÁTICO, Artículo 76.6).
Sea la oferta electoral que se pueda formar cívica y políticamente, deberá estar en sintonía a lo que espera el ciudadano, que es prosperidad en un país que funcione sin corrupción. Para esto deberemos ser perseverantes, entendiendo con ello “ … que es tomar decisiones a las cuales sobre vendrán dificultades internas o externas, que quizás disminuyan nuestra motivación, pero no por ello se deberá claudicar en llevar a cabo las actividades necesarias para alcanzar lo decidido”. (ISAACS, Educación de las Virtudes Humanas).
“Vive honestamente, sin hacerle daño a nadie y dándole a cada uno lo suyo”.
(Este artículo es responsabilidad de su autor).