Manifiesto del Cambio 11: “Oposición política, una táctica a lo que nos amenaza”
Por: Boris O. Núñez V.
Oposición al desabastecimiento de medicamentos, oposición a la falta de contenidos educativos que nos dirijan hacia el desarrollo nacional, oposición al elitismo económico en perjuicio de las pequeñas y medianas empresas familiares y profesionales, oposición al mal servicio de transporte público colectivo y selectivo, oposición al déficit de viviendas e infraestructura vial a lo largo del país. La oposición debe concitarse en el contrapuesto a aquellas situaciones reales, que lesionan la dignidad y calidad de vida del panameño.
Cuando existe oposición, sobrevive el sentimiento de resistencia a aquello que nos amenaza o nos hace luchar contra alguna fuerza que nos impide avanzar. Hoy, ante el debate nacional que ha significado una reunión coyuntural de presidentes de partidos políticos, esas fuerzas que no nos permiten desarrollarnos como país culto, internacionalmente respetable y económicamente fuerte, no se encuentran a la cabeza de la dirigencia de los partidos políticos de gobierno. La oposición no es contra la persona del Presidente de la República o el Presidente de la Asamblea Nacional o Corte Suprema de Justicia. La oposición es a lo que estos personajes representan y que está reafirmando una debacle social de atención a las necesidades insatisfechas de la población, heredadas por años y generaciones de anteriores gobiernos, que han sido omni-ausentes.
El “feudalismo” institucionalizado en las dependencias del gobierno, el celo político, la falta de tolerancia ante las diferencias de ideas, propuestas o argumentos, la pobreza cultural, la carencia de una visión nacional de ordenar y modernizar los procesos y procedimientos administrativos y judiciales, el clientelismo acompañado de rebusca, la ausencia de dignidad ciudadana en los estratos marginales de las principales capitales y ciudades en nuestras provincias, la desconexión entre los tres diferentes sectores del país: el Panamá agrícola, el industrial y el comercial que no encuentran una sinergia que les permita avanzar asociativa y colectivamente. Estas son resumidamente las fuerzas a las que la expresión de oposición al gobierno nos debe sensibilizar como actores políticos.
Para abordar y mantener una oposición permanente a estos problemas que trascienden la administración quinquenal de un partido político, es necesario comprender el sentido de la realidad que nos abraza. La COMPRENSIÓN como virtud humana, debemos entenderla como “… el reconocer los distintos factores que influyen en los sentimientos o en el comportamiento de una persona y profundiza en el significado de cada factor y en su interrelación … adecuando su actuación a esa realidad”. (ISAACS, Educación de las Virtudes Humanas).
¿Comprendemos realmente la magnitud de los problemas que enfrenta nuestro país para su desarrollo nacional y humano? ¿Comprendemos que estos desafíos, por muchas exigencias que tengamos como población, no se podrán resolver si no hay voluntad y orden?
La oposición política, es una táctica de fuerza que aspira a asumir como autoridad de gobierno. Sin embargo, no puede personalizarse temporalmente en los rostros de las figuras de turno en cada dependencia estatal, dado que es un fenómeno que arriesgadamente se convierte en un hábito cotidiano de la realidad. La oposición política, es necesaria y vital para los cambios de luces cuando el tránsito hacia el idealismo gubernamental está plagado de errores y obstáculos.
La oposición política que puede provenir de partidos tradiciones, recién creados, gremios, sociedad civil, y ciudadano común, no avanza en este derrotero si al final resulta hueca y sin hidalgos propósitos.
“Vive honestamente, sin hacerle daño a nadie y dándole a cada uno lo suyo”.
(Este artículo es responsabilidad de su autor).