Las 500 a Pánfilo Patricio – Manifiesto del Cambio 17: “Hacer las cosas bien, no significa consentir al pueblo”
Por: Boris O. Núñez V.
Todos los ciudadanos estamos preocupados por lo difícil que se ha vuelto vivir en nuestro país desde hace un tiempo atrás. Poder sobrellevar la vida cotidiana que impactan a nuestras familias se ha vuelto una penuria para todos.
Desde que salimos de casa, la travesía de hacer nuestras actividades que a cada uno nos corresponde nos enfrenta a un sistema de transporte de METROBUS, que después de 10 años, ya está presentando signos de deterioro que lo alejan de su éxito en sus inicios.
Las principales vías en la Ciudad de Panamá, en las capitales de nuestras provincias y a lo largo de la interamericana, durante esta década, no han recibido el mantenimiento mínimo para evitar el deterioro acelerado y así conservarse óptimamente. Que difícil se ha vuelto transitar por nuestras calles y carreteras.
Muchas dificultades tienen que superar nuestros hijos al desarrollar su aprendizaje en nuestro sistema educativo, por culpa de ladrones que desvalijan nuestras escuelas, entorpeciendo el camino más honesto para salir adelante, educándonos.
Ni que hablar de las dificultades de buscar salud en la C.S.S o en el Ministerio de Salud, que sus deficiencias en el servicio, enferman nuestra paz, sosiego y sensación de seguridad personal, cada vez que vamos a sus farmacias en búsqueda de medicinas, y ahí si que no hay pa’ mí.
Detrás de estas dificultades y muchas más, que hacen caótico, insufrible y desesperante el tratar de sobrevivir en nuestro Panamá, existe una clara falta de voluntad política de hacer las cosas bien.
El gobierno sabe que hay que hacer modificaciones al sistema de salud para que el Estado compre directamente a los fabricantes de medicamentos y así extirpar la mafia que origina el desabastecimiento.
El gobierno sabe muy bien que nuestras estudiantes merecen escuelas dignas, limpias y seguras, pero no impulsa los correctivos necesarios para garantizar que a nuestros centros educativos trabajen los mejores profesores, directores, supervisores y administrativos que la comunidad educativa merece. ¡ Sólo los mejores ¡
Sin embargo, hacer las cosas bien para corregir lo que está mal en nuestra institucionalidad, no significa consentir más al pueblo.
Hacer las cosas bien deberá, primero que todo, trazar un objetivo claro de qué hay que corregir y atreverse a modificar o extirpar, muy probablemente, procesos, normas o personas, que han surgido como un cáncer de útero en todos nuestros problemas.
Al hacer las cosas bien, habrá muchos intereses que se verán amenazados y preferirán que los cambios profundos no inicien desde sus raíces, y al resistirse a esas necesarias transformaciones, muchas personas no van a comprender lo preciso que requiere cortar la cabeza del problema.
A pesar de ello, si queremos marcar un adecentamiento en nuestro país, hacer las cosas bien implicará no consentir más a mucha gente entre ellos panameños ricos y en la base popular.
Extirpar el cáncer que anida en la esperanza del “que hay pa’ mí”, es lo que nos puede ayudar. Hacer las cosas bien debe ser el compromiso de tratar con dignidad al panameño, para que esté convencido que con esfuerzo propio y trabajo sí se puede vivir mejor.
“Vive honestamente, sin hacerle daño a nadie y dándole a cada uno lo suyo”.
(Este artículo es responsabilidad de su autor).