Boris Johnson tira la toalla y acepta su dimisión
El primer ministro británico evita pronunciar la palabra dimisión y achacó su derrocamiento a la «voluntad» de su grupo parlamentario.
Boris Johnson confirmó su retirada de la pugna por salvar su liderazgo del Partido Conservador y del Gobierno del Reino Unido en una declaración de tono desafiante y contenido crítico. «El instinto de rebaño es potente en Westminster y cuando el rebaño se mueve, se mueve», dijo frente a la residencia oficial de Downing Street, donde quiere permanecer hasta el otoño. Su mujer Carrie, que portaba en cabestrillo a la pequeña Romy Iris, escuchó el mensaje de despedida desde la acera de la calle, arropada por un puñado de diputados leales y de funcionarios conscientes del peso de la historia.
El todavía dirigente tory evitó pronunciar la palabra dimisión y achacó su derrocamiento a la «voluntad» de su grupo parlamentario, que «claramente» quiere tener «nuevo líder y, por tanto, un nuevo primer ministro». «En los últimos días», continuó, «intenté persuadir a mis colegas de que sería excéntrico cambiar de Gobierno cuando estamos realizando tanto, cuando tenemos tan vasto mandato y cuando realmente solo estamos rezagados en los sondeos de opinión por un puñado de puntos».
El mes pasado, los conservadores sufrieron una derrota de proporciones históricas en una elección en sus feudos del suroeste de Inglaterra y perdieron un segundo escaño en un distrito norteño postindustrial. Ambos resultados fueron, según el saliente primer ministro, reveses habituales a mitad de la legislatura. No hizo mención al rosario de falsedades ni expresó contrición por su gestión de la sucesión de escándalos, ya sea el ‘partygate’, la protección de diputados acusados de corrupción o la designación de cargos ministeriales a un aliado político al que ahora describe de «predador sexual». Celebró, en cambio, su actuación respecto al Brexit, la vacunación frente a la pandemia de coronavirus y la defensa de Ucrania.
Johnson abrió otro frente de lucha al anunciar su deseo e intención de retener las riendas hasta la elección de su sucesor. El calendario del proceso electoral se dará a conocer la semana próxima, pero se anticipa un plazo de tres meses, hasta el congreso anual del partido, a principios de octubre.
La vieja guardia de la formación y diputados que dudan de la integridad y competencia del tumbado político presionan para acelerar la elección del próximo líder y crear un Gobierno de transición entre tanto. Lo podría liderar Dominic Raab, actual ministro de Justicia y ‘número dos’ del Ejecutivo, quien reemplazó a Johnson cuando estuvo hospitalizado con Covid-19, entre otras ocasiones. Dejar el mando en manos de Johnson hasta el otoño sería «imprudente y probablemente insostenible», según denunció el ex primer ministro John Major.
Johnson saldrá de Downing Street como el cuarto más efímero primer ministro del Reino Unido. Ocupó oficialmente la jefatura de gobierno durante dos años y 348 días, por debajo del mandato de su antecesora Theresa May, en cuya caída por desavenencias sobre el Brexit contribuyó directamente.
El controvertido y carismático dirigente tiró la toalla tras largas horas de cónclave en Downing Street, que mantuvo cerrados los canales de comunicación parte de la mañana. Mientras, se intensificó la cascada de dimisiones de cargos gubernamentales que iban perdiendo la confianza en su jefe. El ministro de Irlanda del Norte, Brandon Lewis, estuvo entre las fugas más notables del día. Finalmente, cerca de 60 miembros del Gabinete y del Gobierno han abandonado sus puestos desde que se precipitó la crisis el 5 de julio.
«Necesitamos un líder nuevo tan pronto como sea posible. Alguien que pueda reconstruir la confianza, sanar el país y fijar un novedoso, razonable y consistente enfoque económico para ayudar a las familias», tuiteó el titular de Negocios y Energía, Kwasi Kwarteng.
La oposición lo celebra
Por otro lado, la oposición política celebró el derribo del primer ministro y reprochó la demora de los conversadores en asestar el golpe. «Nunca ha sido capaz de gobernar. Es responsable de mentiras, escándalo y fraude a escala industrial. Todos sus cómplices deberían avergonzarse», declaró el líder laborista Keir Starmer, quien amenazó con convocar una moción de censura si Johnson prolonga su estancia en Downing Street.
El dirigente liberal demócrata, Ed Davey, coincidió en que los «conservadores llevan demasiado tiempo sosteniendo» a Johnson, cuando urgía «enfocarse en la crisis del coste de la vida».
Mientras tanto, la libra esterlina remontó en los mercados de divisas y se revalorizó un 0.6% en la cotización respecto al dólar y de 0,3% frente al euro en cuanto se anunció el fin de la batalla de Johnson con su grupo parlamentario.
Vía Hoy.es