Las 500 a Pánfilo Patricio – Manifiesto del Cambio 26: “Un poco más en la senda de Hacer las cosas bien”
Por: Boris O. Núñez V.
Hace un año exactamente escribí el primer Manifiesto del Cambio, como una epístola para desarrollar los principios, valores y nuevos paradigmas que tanto Patricios y Pánfilos que forman parte de un colectivo político, y sobre todo de Cambio Democrático, les es sugeribles para encaminar las bases morales hacia la transformación de nuestra sociedad política nacional.
Nuestro Estado panameño está siendo carcomido por la negligencia gubernamental, la indiferencia empresarial y por la acefalía en un liderazgo político que señale el rumbo de nuestro país para que 4,000,000 de habitantes tengamos las oportunidades equitativas de mejorar nuestra calidad de vida con un Estado moderno.
La negligencia gubernamental la observamos, hoy en día, cuando desde las élites de los más altos cargos políticos dentro del gobierno, los tomadores de decisión priorizan en fortalecer y consolidar con leyes y recursos a los más poderosos y consolidados sectores de la economía, que no les urge recursos ni apoyo estatal, mientras que a sectores vulnerables y débiles solo se les ofrece migajas asistenciales como ayuda económica.
La indiferencia empresarial se siente en esa interacción invisible, distante y de falta de solidaridad y empatía, que existe entre las cúpulas que dominan las actividades económicas productivas en el Panamá interoceánico y metropolitano, y la base popular y de clase media mal trecha, que se esparcen a lo largo y ancho del territorio nacional buscando oportunidades de progreso, pero resignándose a aprovechar los espejismos que le ofrece la informalidad y el trabajo mal pagado.
En medio de estos dos pesares también nos recae la ausencia de un liderazgo político que demuestre a leer atinadamente el sentir de la ciudadanía marginada y la pujante; a equilibrar entre las fuerzas populares y empresariales que chocan entre sí, perdiendo de vista el horizonte de intereses en común que tenemos.
Hace 365 días atrás, expresaba que era necesario construir un pensamiento colectivo que se arraigue en la conciencia nacional y así no permitirnos no perder la esperanza ante tanta desesperanza reinante; y expresaba el sentir de “… que nuestras acciones como organización… estarán dirigidas a la consecución, defensa y protección del bien común de todos los panameños…” (Declaración de Principios – CAMBIO DEMOCRÁTICO).
Nuestra oportunidad de mejorar ha transcurrido en un año, y aunque seguimos observando los mismos conflictos sociales motivados por la impotencia, frustración e ira que nos genera la actual gestión de gobierno en turno, no nos es permitido asegurar que nada ha cambiado en lo absoluto y que estamos condenados al abismo de la corrupción y de faltas de oportunidades.
Hoy esa idea del arraigo en la conciencia nacional comienza a tomar forma en la necesidad de “hacer las cosas bien” como colectivo político, como sociedad organizada, como gobierno, sector empresarial y popular.
Poco a poco veremos el perfil de un liderazgo que, en un año, se ha ido consolidando, tomando decisiones difíciles con carácter, aunque sean controversiales; enfrentando la cultura clientelar del “que hay pa mí” y demostrando con ejemplos visibles que para encargarse de la nave del Estado panameño, hay que confiar en personas que actúan y han actuado con la debida diligencia de un buen padre de familia.
“Vive honestamente, sin hacerle daño a nadie y dándole a cada uno lo suyo”.
(Este artículo es responsabilidad de su autor).