Así afecta el cambio climático a la formación de huracanes
Los científicos llevan años tratando de averiguar el impacto del cambio climático en la formación de estos fenómenos meteorológicos extremos, sin embargo, pese a que los modelos son cada vez más precisos, existen muchos matices a valorar.
Cuando el huracán Ian alcanzó el mar Caribe y la costa de Estados Unidos en septiembre del 2022, lo hizo como el huracán más mortífero en azotar el estado de Florida en casi un siglo. Año tras año, las tormentas con nombre azotan el litoral americano cobrándose en ocasiones decenas de vidas y provocando cuantiosos impactos económicos, lo que ha hecho a los científicos preguntarse si el problema más acuciante al que debemos hacer frente en este siglo, el cambio climático, podría estar detrás del recrudecimiento de estos fenómenos meteorológicos extremos.
Los investigadores llevan años trabajando en una respuesta, sin embargo, pese a que los modelos climáticos son cada vez más precisos y las variables que intervienen en la formación de los huracanes hoy pueden analizarse con un nivel de detalle sin precedentes, “se trata de un tema con muchos matices“, explica Tom Knutson, científico climático del Laboratorio de Dinámica de Fluidos Geofísicos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA).
La mejor respuesta que el equipo de Knutson puede dar por el momento es que hoy en día los huracanes se están fortaleciendo más rápido que antes en su avance desde el mar a tierra firme, y también están dejando muchas más precipitaciones. También que cada vez más personas viven en la costa, por lo que sus consecuencias pueden ser mucho más graves. Sin embargo, determinar si las emisiones de gases de efecto invernadero inducidas por el hombre y el calentamiento global tienen un efecto en la intensidad y frecuencia de los huracanes es un tema mucho más delicado.
En este sentido, Phil Klotzbach, investigador de huracanes en la Universidad Estatal de Colorado, explica que la mayor preocupación respecto al cambio climático radica en el aumento del nivel del mar y el aumento de las precipitaciones. A nivel mundial, la temperatura media de la superficie oceánica ha aumentado al menos 1ºC desde finales del siglo XIX. “El agua es el mayor impulsor del daño“, declara en investigador, a quien respaldan los datos, que indican que por cada grado centígrado que aumenta la temperatura de la superficie del mar, se produce un aumento del 7% en las precipitaciones cercanas a un huracán. Los científicos también han podido observar que en los últimos años se ha producido un “estancamiento” de los huracanes y tormentas tropicales cuando tocan tierra, reduciendo su velocidad de avance y dejando precipitaciones durante más tiempo en el continente.
Respecto a su potencia y velocidad, muchos científicos coinciden en que el aumento de la temperatura del mar debido al cambio climático este motivando la formación de huracanes y tormentas tropicales cada vez más poderosos. El número de ciclones tropicales que pasan de una categoría 3 ha aumentado a nivel mundial durante las últimas cuatro décadas, y según Knoutsom, el porcentaje de huracanes de categorías 4 y 5 y vientos superiores 250 kilómetros por hora, “probablemente aumentará según aumenten las temperaturas“. Sin embargo, los datos no son concluyentes, ya que Klotzbach, por su parte, aunque constató un aumento en los huracanes de categoría 4 y 5 desde 1990, no considera los datos estadísticamente concluyentes. Sin embargo puntualiza que “esperan que la proporción de huracanes de categorías 4 y 5 aumente a medida que el clima se calienta“.
Por otro lado, sobre lo que si están seguros muchos investigadores es que con cada vez más frecuencia los huracanes se están intensificando más rápido, es decir, aumentando su velocidad en cerca de 55 kilómetros por hora en periodos de tiempos inferiores a 24 horas. La mayoría de científicos coincide en que parte de este aumento desde 1990 está relacionado con el calentamiento relacionado con el cambio climático, aunque de desconoce cuanto, y sobre todo, que todavía se necesitarán años de datos para estar seguros.
En tanto a la frecuencia de los ciclones tropicales los científicos afirman que se están produciendo con cada vez mayor asiduidad en el Atlántico Norte, más no así en todo el mundo, algo que los investigadores relacionan con la disminución de los aerosoles en la atmósfera, lo cual permitió, paradójicamente, que un aire más limpio repercutiera en que la temperatura del océano aumentara. Respecto a los huracanes, la pregunta es más difícil de responder, ya que la mayoría de los modelos proyectan disminuciones futuras en la frecuencia de huracanes en respuesta al aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero. Se trata de una realidad a que resulta difícil anticiparse, ya que los huracanes no son tan frecuentes como para proporcionar una base de datos sobre la cual los científicos puedan obtener conclusiones sólidas. Sin embargo, son muchos los que opinan que las medidas para paliar las posibles consecuencias futuras de estos fenómenos no pueden esperar al consenso científico, y que de alguna manera, habría que empezar a tomar medidas y a desarrollar los protocolos de actuación.