Cien días de vértigo e interrogantes en Colombia
Las marchas para celebrar los 100 días de Gustavo Petro en el poder, impulsadas por el Gobierno y sus aliados, han sido poco concurridas.
El Gobierno de Gustavo Petro, el primero de un presidente de izquierda en la historia moderna de Colombia, cumple 100 días. Poco más de tres meses en los que el mandatario ha aterrizado su bandera de cambio en discursos y decisiones concretas en muchos frentes, desde las relaciones internacionales hasta una sonada reforma fiscal, pasando por una ambiciosa política de paz. Petro, sin embargo, ha logrado gobernabilidad legislativa a punta de pactos burocráticos y su mandato ha estado marcado por un gabinete que ha tenido choques internos entre ministros con poca experiencia política y otros más técnicos y con mayor experiencia. Han sido cien días en los que la oposición no se ha podido organizar, la opinión pública ha perdido entusiasmo frente al Gobierno y la economía no muestra su mejor cara. “Tenemos una recesión a la vista”, ha dicho el propio presidente, un exguerrillero que ha hecho política en las últimas tres décadas y que como alcalde de Bogotá se mostró visionario y ambicioso, pero con grandes dificultades para implementar sus ideas.
El presidente convocó a una rueda de prensa este martes para resaltar lo que presentó como los 50 hitos de esta etapa inicial de su Administración. Los encabeza una reforma tributaria que avanza su bandera de equidad al cobrarle más a los que más ingresos reciben, pero que paradójicamente pone al Estado a aumentar su dependencia fiscal de la industria petrolera que su ministra de Minas, Irene Vélez, ha llamado a frenar, a través de la propuesta de no suscribir más contratos para explorar y explotar hidrocarburos. En esto ha chocado con su colega de Hacienda, José Antonio Ocampo, en uno de los roces que más interrogantes dejan sobre la capacidad de coordinación de Petro.
Los cambios y los avances usuales cuando hay un relevo en el poder enmarcan un día en que el Gobierno y sus aliados han buscado convertir en una celebración, pero las calles no han respondido. Las marchas que convocaron en ciudades de todo el país, apenas tuvieron acogida. En Bogotá, donde Petro ya gobernó, no hubo multitudes esta vez. La céntrica Plaza de Bolívar, particularmente simbólica para Petro, pues como alcalde convocó allí a manifestaciones en rechazo a su destitución, una decisión del procurador general del momento, Alejandro Ordóñez, se veía vacía si se compara con ese momento, histórico para la carrera política del ahora presidente.
La marcha en apoyo a los 100 días de Gobierno no fue tan grande como se anunciaba, pero sí lo suficientemente fuerte para reiterar de dónde viene uno de los más grandes respaldos a Petro: los sindicatos. María Esneida Laverde es parte de uno de ellos, ANTHOC, que reúne a trabajadores de la salud. Se unió a la jornada en la calle porque “por fin hay un presidente que piensa en todos”. Dice que, como enfermera, es la primera vez que siente que su gremio no está solo. Tiene 56 años y lleva 32 atendiendo pacientes, casi siempre con pocos recursos, con las uñas. “La salud es central en el Gobierno de Petro. Cómo no vamos a celebrarlo”, dice.
No todos, como Laverde, marcharon en grupo. Martha Liliana Rosero lo hizo sola y se decidió a salir a pesar de la amenaza de lluvia porque sentía que era una forma de agradecerle a Petro por haber restaurado la relación con Venezuela. “Un país vecino es como un familiar, con el que es mejor no pelear. Petro logró en 100 días lo que el Gobierno anterior destruyó en años”, asegura la mujer de 66 años. Sobre el mediodía, empezaban a llegar varias marchas a la Plaza de Bolívar. Una tarima con un concierto se instalaba mientras a unos pasos, en la Casa de Nariño, el presidente hacía su balance de lo que va de su Gobierno.
Fuente: Noticias El País