Las 500 a Pánfilo Patricio – Manifiesto del Cambio 28: Ser consistentes y congruentes
Por: Boris O. Núñez V.
Finalmente se ha llegado el mes esperado en el 2022, no solo por las fiestas de festejos patrios ni por la navidad y fin de año, si no porque se vive y se disfruta del deporte que une al mundo, el football y la Copa Mundial FIFA 2022.
En esta oportunidad nos ha tocado a Panamá, volver a disfrutar de esta fiesta desde la comodidad de nuestra casa, muy diferente a lo que vivimos hace cuatro años en Rusia, cuando un considerable número de panameños, lograron acompañar a nuestra selección mayor en su debut en lo que fue nuestro primer mundial.
Para la fase de eliminatorias en la que Panamá compitió muy de cerca con el resto de las selecciones de la región, nuestro equipo mayor, demostró una evolución de mayor fuerza e ímpetu al inicio de la competición, y menor resistencia y consistencia en la recta final, en la competencia de alcanzar uno de los tres cupos y medio que se le asignaba a la confederación en que pertenece nuestra selección.
Este proceso de más a menos, en la que iniciamos los proyectos con mucha euforia, sonrisas, alegrías y optimismo, en varias de las actividades que culturalmente desarrollamos a nivel personal, laboral, profesional y político, corre parecida suerte como la de nuestra selección. Poco a poco ese entusiasmo y frenesí se va disipando a lo largo de su desarrollo, quedando al final muy rezagado o a muy poco de alcanzar la meta.
Las experiencias que podemos observar del proceso clasificatorio que atravesó nuestro football, y que al final nos hace ver la fiesta como observadores de la Copa Mundial y no su protagonista, es que como colectividad podemos encaminarnos hacia el desarrollo de una nueva cultura nacional en la que exaltemos el valor de la consistencia y la congruencia en cada uno de los proyectos personales o colectivos que desarrollemos, y que el resultado que logramos no sea producto de una casualidad si no de la determinación y el enfoque.
La CONSISTENCIA es aquel valor que nos permite mantenernos enfocados de manera constante y persistente, sin variaciones en el entusiasmo, aún cuando los resultados no sean los más favorables. Es seguir avanzando. Mientras que la CONGRUENCIA es pensar lo que hacemos y hacer lo que pensamos. Que nuestros actos sea producto fiel de nuestros pensamientos y decisiones.
A nivel personal, estudiantil, laboral, profesional, como gobernantes o gobernados, si queremos seguir siendo una nación que se catapulte en el escenario económico, social, político, cultural y deportivo podemos y debemos incorporar dentro de nuestro esquema de valores, la determinación de ser más consistentes y congruentes con nuestras tareas y proyectos tantos personales y colectivos, pero más aún los desafíos nacionales que tenemos como país.
Así como fue una meta cumplida el poder participar de nuestro primer mundial en el 2018, que debemos estar convencidos que no fue producto de la casualidad, si no que fue el resultado de nuestra consistencia y congruencia en el objetivo, de esa misma forma debemos encarar los grandes problemas sociales, económicos y políticos que como nación enfrentamos. Uno de ellos es y debe ser la reivindicación de nuestra lesionada imagen internacional por los mal llamados “Panamá Papers”, que hemos sido maltratados y ya es hora que como nación trabajemos juntos de manera consistente y congruente, para ganarnos el respeto internacional.
“Vive honestamente, sin hacerle daño a nadie y dándole a cada uno lo suyo”.
(Este artículo es responsabilidad de sus autor).