Las 500 a Pánfilo Patricio – “DEMOCRACIA O CLEPTOCRACIA”
Por: Boris O. Núñez V.
En esta semana aconteció una noticia de resonancia internacional que retumba con sus vibraciones el debate y análisis del acontecer político en nuestro suelo istmeño. La noticia, la condena a seis años de prisión de la Vicepresidente de Argentina, la Señora Cristina Fernández de Kirchner, y su obligante comparación con nuestro sistema político panameño.
El cuestionamiento más insidioso, entre un grupo de colegas que participamos de tertulias y debates en línea a través de la magia del whtasapp, fue que tal como es la creencia de lo que ocurre en Panamá, la fúnebre sensación de que no pasa nada de nada, así mismo ocurrirá en la hermana nación argentina. Siempre, los protagonistas principales de escándalos y “conspiraciones” encuentran la forma o mecanismos lícitos para evadir las penosas y espurias condenas por sus acciones ilegítimas.
La legitimidad no siempre está directamente relacionada con la legalidad. Se pueden cometer actos institucionales que por muy legales o lícitos que se comprueben, puede que no cuenten con la aceptación y respaldo de la ciudadanía, porque se alejan total y olímpicamente de la sabiduría natural de los pueblos y de su apreciación ética. Como ejemplo reciente, “adornar” por un monto millonario, algunos espacios públicos, parques, y árboles de las isletas con alumbrado navideño, dedicado a los niños de la ciudad, mientras que esos millonarios recursos pueden ser utilizados para mejorar la infraestructura que beneficie trascendentalmente a estos niños, mejorando y construyendo más parques, piscinas municipales, infoplazas, museos, comedores municipales, aceras más seguras, etc.
El sentido de prioridad de nuestras autoridades municipales de la Ciudad capital, así como las del gobierno central, entre otros, se ven eclipsadas por la emoción desenfrenada de entretenernos y distraernos, resaltando banalidades y superficialidades, en vez de centrarse y enfocarse en asuntos de interés que incidan permanentemente en las soluciones de los problemas estructurales.
El diccionario de la Real Academia Española tiene un término para cuando el sistema de gobierno hace prevalecer el interés por el enriquecimiento propio a costa del bienestar público. Se le llama Cleptocracia. Recordemos que los cleptómanos son aquellas personas enfermas que tienen una proporción morbosa al hurto, y éste consiste en tomar o retener bienes ajenos contra la voluntad del dueño (el Pueblo), sin intimidación ni fuerza en las personas o cosas. Como cuando se crean leyes injustas o ilegítimas que formalmente son aprobadas por las autoridades democráticas e institucionales, pero quienes las aprueban son aquellas personas que solamente piensan en su bienestar propio (CLEPTÓMANOS).
Lo sorprendente de los cleptócratas que, dentro de su burbuja, consideran y se autoconvencen que sus actuaciones son correctas, porque están dentro del imperio de la ley, ley que en ocasiones resulta ser injusta. Y también es que son elegidos democráticamente a través de los procesos electorales que promueven la democracia representativa, mas no la participativa en la que la sociedad integralmente se activa.
Mientras nuestro sistema democrático siga priorizando la representatividad por encima de la participación; y que nuestras autoridades electas y nombradas en los gobiernos locales y central continúen asumiendo decisiones que benefician el interés privado, por encima del bienestar público, seguiremos siendo víctimas de cleptócratas que se aprovechan de nuestras instituciones.
“Vive honestamente, sin hacerle daño a nadie y dándole a cada uno lo suyo”.
(Este artículo es responsabilidad de su autor).