El Banco de Japón apunta a un ajuste monetario y sacude los mercados
El Nikkei baja un 2,46% y el yen sube frente al dólar.
El Banco de Japón (BoJ) ha mantenido inalterados los tipos de interés de referencia, si bien tomó una decisión respecto a los rendimientos de deuda que ha impactado en el yen y en la Bolsa: amplió el rango de cotización de los rendimientos de los bonos a diez años, con lo que reduce su estrategia flexibilizadora.
Al término de su reunión de dos días sobre política monetaria, el banco central japonés mantuvo en el -0,1% los tipos de interés a corto plazo y se comprometió a continuar con sus programas de compras flexibles para que los bonos a 10 años se mantengan en torno al 0%, pero modificó el margen para la curva de rendimientos. Así, la banda permitida para los rendimientos a largo plazo de la deuda pasa a ser de 50 puntos básicos a cada lado, frente a los 25 puntos básicos anteriores.
El rango admisible de fluctuaciones de las tasas de interés a largo plazo, que se encontraba actualmente en el +/-0,25%, se ampliará hasta el +/-0,5%, lo que en la práctica puede tener efecto sobre los tipos de interés que se aplican a préstamos para particulares y el sector privado.
La decisión del BoJ tiene como objetivo “mejorar el funcionamiento del mercado e incentivar la formación de una curva de rendimientos más ágil, mientras mantenemos condiciones financieras adaptables“, señaló la entidad en su informe, donde destaca el impacto en los mercados de Japón de la volatilidad de sus homólogos extranjeros.
Esto ha conllevado “un deterioro del funcionamiento de los mercados de bonos” que, de mantenerse, podría tener un impacto negativo en la situación financiera, “como en los requisitos para la emisión de bonos corporativos“, algo que el BoJ busca evitar.
El banco central japonés espera que la decisión adoptada hoy por unanimidad facilite la transmisión de los efectos generados por su estrategia de flexibilización, a través de cuya sostenibilidad busca lograr la estabilidad inflacionaria.
Los bonos de deuda pública a largo plazo son considerados como un indicador para la evolución futura de los tipos de interés, y con su movimiento de hoy, inesperado para la mayoría de analistas, el BoJ gana margen de maniobra para seguir aplicando su estrategia de estímulos en el contexto de inflación creciente en Japón.
El índice de precios de consumo (IPC) de Japón se situó en el 3,6% en octubre, su nivel más alto en 40 años. Esta cifra está por encima del 2% de objetivo del BoJ, pero la entidad considera que este nivel de inflación no se debe a los factores internos, como una presión salarial, por lo que se resiste a subir los tipos.
Frente a las sucesivas subidas impositivas que vienen aplicando desde comienzos de año los bancos centrales de Estados Unidos y Europa para tratar de frenar la inflación, el banco central japonés ha optado por mantener tipos ante la lenta recuperación económica a raíz de la pandemia de Covid-19.
Este distanciamientos entre las entidades ha motivado una fuerte depreciación del yen que ha encarecido notablemente sus importaciones y los costes de las empresas, y llevó a las autoridades niponas a intervenir la divisa varias veces este año.
La reacción del mercado de divisas al aumento del rango de cotización, y el yen se apreció con fuerza con respecto al dólar tras el anuncio.
La divisa japonesa subió hasta las 133 unidades por billete verde desde la franja media de las 137 unidades en las que se movía en el arranque del día.
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