La planificación del recurso del agua, un derecho vital
La seguridad nacional de cualquier Estado – Nación, no solamente depende de los lazos forjados en las relaciones internacionales dentro del contexto de amistad u hostilidad que pueden existir entre los países que componen la comunidad internacional. En ocasiones los retos y amenazas a la seguridad de una nación involucionan desde el epicentro de un gobierno que no se articula para resolver las carencias en la prestación y satisfacción de necesidades básicas de su población.
La provisión del recurso de agua segura es una necesidad básica de una población, como elemento de vital importancia. Depende de estrategias y políticas públicas que el Estado pueda definir a corto o largo plazo, para garantizar la sostenibilidad de las actividades humanas, sociales, económicas, de salud, y socio ambientales, en las que hombre y mujer conviven en su entorno familiar, social y comunitario.
Analizando la problemática generalizada, de lo vulnerable que es el derecho a acceder libremente al recurso de un agua segura para la población panameña, podemos identificar, que este problema presenta dos causas principales que atentan contra la seguridad colectiva de la población. Por un lado, las fuentes naturales y estructurales de agua en Panamá están en constante riesgo de desaparecer, ya que son amenazadas por acciones humanas que contaminan, desertifican, deforestan y ponen en peligro, el ciclo natural de nuestro recurso. Y por el otro lado, la distribución de nuestro recurso hídrico está pagando la factura imprescriptible de administraciones gubernamentales, que no han tenido la voluntad de planificar adecuadamente un desarrollo urbano y rural a lo largo y ancho del país.
Recurrentemente en las zonas urbanas de nuestras ciudades, se levanta focos de protestas por la prestación insuficiente y carente de este recurso, pero lo curioso es que esta carencia, en la mayoría de los casos es previsible, y subsanable. Cuando se activen los mecanismos de planificación del Estado.
El Estado panameño tiene que encaminarse, a la ejecución de decisiones a largo plazo, en muchos temas, y sobre todo cuando se ven afectaciones a derechos sociales, como resulta ser en este análisis la insatisfacción en la prestación del recurso agua. La falta de planificación en el desarrollo urbano, en el mantenimiento del sistema de alcantarillado y acueductos, en las obras públicas, es lo que ha ocasionado la notoria crisis en la provisión de este recurso.
Es necesario que pensemos y planifiquemos, fuera de la caja convencional y tradicional. Está llegando el momento en que tarde o temprano nos corresponde tomar decisiones que apuesten a impulsar el país hacia otros polos de desarrollo económico que se distancien del centro de la capital de Panamá. Para restarle presión a la alta demanda de servicios básicos como agua, salud, educación, vivienda, empleo y otros más.
Lo bueno viene demostrando una honesta voluntad política para corregir el colapsado sistema de alcantarillado y acueductos en el centro y en las periferias de las metrópolis panameñas; proponer hacer las cosas bien y visualizar una nueva planificación de desarrollo nacional hacia el occidente de la Capital de Panamá.
“Vive honestamente, sin hacerle daño a nadie y dándole a cada uno lo suyo”.