El tapón del Darién, una oportunidad, y no una amenaza
Por: Wai Sze Enrique Chung Yau
La crisis migratoria, que en lo que va del 2023, han transitado desde la frontera con Colombia, más de 250,000 migrantes irregulares y desplazados, entre venezolanos, ecuatorianos, haitianos y africanos. La jungla del Darién ha representado una amenaza y peligro a la vida de estas personas que buscan y persiguen mejores días para su existencia.
Sin embargo, es precisamente que la selva darienita se ha convertido en el principal riesgo y atentado a la vida y seguridad de quienes pretenden cruzarla. El hecho que las condiciones de tránsito, al no existir la apertura a la construcción de la carretera Panamericana a través del Tapón del Darién, es lo que ha significado este conflicto.
Este debate se viene intensificando, desde hace años atrás, en la sociedad colombiana cercana a la frontera con Panamá, entre las principales ciudades como Medellín, Cali y Cartagena, generando preocupaciones en nuestra sociedad panameña, al punto que una parte de nuestros conciudadanos panameños sentimos irrespeto en las aspiraciones colombianas.
Nuestro criterio sobre la posibilidad de extender la carretera Panamericana a través de la selva de Darién, posibilitaría dos sectores de la economía nacional, que propiciaría desarrollo y avance en esta olvidada provincia.
En primer lugar, la construcción de los kilómetros que hacen falta para conectar Centroamérica con Suramérica, impulsaría el acceso vía terrestre entre ambas regiones, para que los nacionales puedan facilitarse la movilidad libre entre ambas zonas geográficas, tienen acceso a más educación, salud, y economía. En segundo lugar, el comercio se impactaría de forma positiva, ya que si bien es cierto esta decisión afecta en primer orden a la República de Panamá, también es innegable que aceleraría el comercio terrestre y marítimo de importación y exportación de bienes y servicios desde y hacia Panamá. Colombia ya mantiene tratados de libre comercio con países centroamericanos como Honduras, El Salvador y Guatemala, lo que representaría un empuje a los servicios del transporte transnacional panameño.
Por último, la consideración de la apertura del Tapón del Daríen, no debe amenazar el recurso natural de nuestros bosques primarios y ricos en biodiversidad; si no que debe ser un desarrollo que integre la vida natural con los avances de la tecnología y la civilización.
De este modo, a pesar de que las instituciones de seguridad, educación, salud y la presencia del gobierno es limitada en esta provincia, la apertura del tapón del Daríén, significaría para estos panameños, que por años han sido olvidados por las administraciones gubernamentales, el salto al crecimiento y desarrollo integral con el resto de las provincias de la República de Panamá.