Las 500 a Pánfilo Patricio – Manifiesto del Cambio #50. El despertar de un gigante dormido
Apoteósico, colosal, abrumador y avasallador fue el canto al unísono de “Patria, son tantas cosas bellas” que, en cada pulgada de cemento, en las vías y avenidas de las ciudades del territorio nacional, desde David, Bocas del Toro, Chitré, Aguadulce, Santiago, Penonomé, La Chorrera, Capira, Panamá, Colón y en cada pueblo recóndito, cada ciudadano alzó su voz dormida, llena de indignación, enojo, frustración.
Ha sido una expresión masiva y contundente del hartazgo y hastío colectivo, inédito, sin precedente alguno, y que trascendió más allá de los niveles alcanzados en las más grandes expresiones de reclamos sociales que el Pueblo panameño ha atravesado a lo largo de su historia.
En 1925, sucede el primer estallido popular con el Movimiento Inquilinario a raíz del pecado original que cometen las autoridades en gobierno, absorbidas por el predominio de las influencias del poder económico, y que en ese entonces desestimaron, no manejaron correctamente y les faltó la comprensión de un buen padre de la patria, para abordar las reclamaciones que en ese entonces consistieron en las alzas indiscriminadas de los alquileres.
El grito despierta nuevamente en 1964, con la gesta de los mártires del 9 de enero, al calor de las justas reclamaciones por hacer respetar el Acuerdo Chiari – Kennedy, el cual estableció el derecho de Panamá de izar su bandera en el territorio de la zona del canal. Ante la rebeldía de hacer cumplir el acuerdo por parte del Gobernador de la Zona de ese entonces, estudiantes panameños, lideraron la gesta, que hoy conocemos su fatal desenlace y la consumación del sentimiento de la patria herida.
1987, 1988 y 1989 fue el ciclo de la era de la dictadura militar del General Manuel Antonio Noriega, que inició su proceso de cierre. La expresión popular por tres años se mantuvo constante, persistente y decidida a destronar del poder, el autoritarismo, la corrupción, la tiranía y opresión de un gobierno que no soportó que el pueblo se alzara en franca rebeldía.
Hoy día el gigante ha vuelto a despertar, arrastrando con ello un ciclo que se repite aproximadamente cada 40 años, en las que se fusionaron la falta de comprensión de un gobierno de 1925, el sentimiento de la patria herida de los mártires del 1964, y el autoritarismo de un General soberbio y cobarde de finales de los 80, que hoy se reencarna en las personalidades de un Presidente y Vicepresidente que se sientan en la soledad del taburete, sin respaldo popular.
El gigante despierta cada cuarenta años aproximadamente, y quizás por las razones que hoy el pueblo se expresa en las calles ante un contrato minero leonino, una actividad minera inconsulta y un proyecto de explotación minera contaminante, en el año 2063 estaremos repitiendo la misma historia en espiral con jóvenes de hoy añejados por la edad, y confrontando el choque de generaciones que durante estas fiestas patrias del 2023, encontraron un espacio para compartir el sentimiento común de entonar “Patria, son tantas cosas bellas”.
El oro de Panamá es verde y Panamá vale más, sin minería.
“Vive honestamente, no le cause daño a nadie y dele a cada uno lo suyo”.