Israel advierte que está preparado para atacar Irán
En medio de un aumento de las tensiones en la región, el Ejército bombardea Líbano por primera vez en siete años.
Israel reaccionó este jueves a la investidura del nuevo presidente de Irán, Ebrahim Raisi, con un recordatorio de su capacidad militar y la advertencia de que el país está preparado para atacar al enemigo allá donde se encuentre. El ministro de Defensa de Israel, Benny Gantz, denunció que Irán «está aumentando sus fuerzas en Líbano y Gaza, desplegando milicias en Siria e Irak y manteniendo a sus seguidores en Yemen». «Irán es un problema global y regional y un desafío para Israel», aseguró en declaraciones al diario ‘Yedioth Ahronoth’.
Tras ser preguntado sobre si el país está preparado para adoptar medidas militares, Gantz respondió con un escueto «sí». «Tenemos que seguir desarrollando nuestras capacidades para hacer frente a estas amenazas en las fronteras. Cuando Yihad Islámica ataca Israel desde Gaza, lo hace con el apoyo y a petición de Irán», adujo.
Poco antes de hacerse pública esta entrevista, el Ejército de Israel había anunciado el lanzamiento de ataques aéreos sobre el sur de Líbano en respuesta a cohetes disparados contra su territorio desde el país vecino. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) precisaron que habían bombardeado «una infraestructura terrorista», además de áreas libanesas «desde las que se dispararon cohetes contra el Estado de Israel» el día anterior, y una instalación que se utilizó para disparar cohetes contra el país en el pasado. Tras los ataques no se informó de que se hubieran producido muertos ni heridos.
La aviación israelí bombardea de manera regular posiciones del movimiento islamista palestino Hamás en la Franja de Gaza y también lleva adelante operaciones en la vecina Siria, donde ataca objetivos de elementos proiraníes. Pero sus últimos ataques aéreos conocidos en Líbano se remontaban a 2014 y se produjeron a raíz de un intercambio de disparos cerca de la frontera con Siria.
El comunicado no detalló si el ejército buscaba atacar posiciones de la milicia chií Hezbolá o de otros grupos. La última vez que Israel atacó el bastión de Hezbolá en el sur de Líbano fue en 2006.
Gantz había pedido el miércoles, cuando cayeron sobre territorio israelí los cohetes disparados desde el país vecino, que se envíe un «firme mensaje» a la Finul, la Fuerza Interina de Naciones Unidas en Líbano, desplegada en el sur del país en la frontera con Israel.
Presente en Líbano desde 1978, la Finul vigila desde 2006 la demarcación, coordinada con el Ejército libanés, y vela por la aplicación de la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU, adoptada tras la guerra que enfrentó a Israel y Hezbolá. Ayer, el comandante de la misión de la ONU, el general Stefano Del Col, celebró una reunión tripartita con los responsables militares de los dos países en la que pidió respeto a su papel de coordinación.
Inquietud
El aumento de la tensión en la frontera con Líbano se añade al nuevo frente abierto la semana pasada a raíz de un ataque contra el petrolero ‘Mercer Street’, un barco gestionado por la compañía de un multimillonario israelí, en el mar Arábigo. Gantz adelantó que hay conversaciones en marcha con Estados Unidos y otros aliados sobre la «reacción» a las «recientes agresiones iraníes», en referencia al ataque con dron, del que Irán ha negado toda responsabilidad.
El ultraconservador Ebrahim Raisi está ya al frente de la república islámica en sustitución del moderado Hasán Rohaní. Y aunque en su discurso de investidura ofreció ayer un talante conciliador, al asegurar que su gobierno trabajará para fomentar la paz y la estabilidad en la región, sembró la inquietud al asegurar que su país no permanecera en silencio ante «la opresión y el crimen» allá donde se produzca, «ya sea en el corazón de Europa y América o en África, Yemen, Siria, Palestina o en el interior de sus fronteras.
Lo cierto es que Irán enfrenta ahora otros problemas que reclaman toda su atención. Las protestas por los cortes de electricidad y la falta de productos básicos y vacunas crecen cada día y las sanciones internacionales impiden dar una respuesta satisfactoria a la población.
Fuente: hoy.es