Las 500 a Pánfilo Patricio – Manifiesto del Cambio #59. “Receta para frenar un gobierno megalómano”
Si a una persona que presenta rasgos de delirio de grandeza se le atribuye el perfil de ser megalómano, ¿cómo será el calificativo que le cabe a un gobierno que constantemente transmite la idea a sus ciudadanos, que somos el país de mayor crecimiento económico en la región, que ocupamos la posición 39 de los países más felices en el mundo, que somos un país más seguro que Francia o Canadá?.
Por años nuestra población panameña es constantemente bombardeada, desde la publicidad estatal, de ideas que nos quieren convencer de que debemos estar satisfechos y conformes por los grandes favores que hace el gobierno de turno durante su gestión pública, como si fuese una dádiva que los gobernantes consideran demasiado para su pueblo.
Ante esa percepción creada históricamente por diferentes gobiernos, se hace necesario que cada ciudadano pensante sea políticamente sensato, prudente y realista. Estas cualidades como muchas otras deben ser inculcadas, desde nuestros hogares y escuelas, en las presentes generaciones de niños y jóvenes, para promover cambios en la consciencia ciudadana.
La sensatez política es la cualidad humana del discernimiento y el entendimiento del paisaje electoral que, de la mano del sentido de la realidad, nos enseña a contener las exigencias más ambiciosas y sobrecargadas de fantasías. Es asumir con madurez que los problemas y las necesidades electorales son numerosos, y puede que desborden la voluntad real de la cual dispone el gobernante, de brindar respuesta en tiempo y espacio.
La prudencia política nos guía ante escenarios excesivos de alegrías o de profundas preocupaciones, para no perder la compostura y el enfoque de cuáles son los problemas comunitarios y nacionales, que primeramente deben ser abordados para obtener rápidamente los resultados que tanto se esperan por parte de la población. Ejemplo Austeridad en los primeros seis meses de un gobierno; convocar a la población a una constituyente en los primeros 30 días de gobierno; pagar de manera prioritaria a los proveedores del Estado que por la burocracia administrativa están asfixiados económicamente y mantienen atrasos en las obras públicas.
Finalmente, un toque de realismo con optimismo define el reconocer los escenarios complicados y difíciles por los cuales atraviesa el Estado ante la demanda de resolver problemáticas tan complejas como el déficit en la Caja de Seguro Social, o la falta de infraestructuras en escuelas, centros de salud, distribución de agua potable y tratamiento de la basura, etc. Estudiando el origen de los problemas e irlos resolviendo con sentido común y disciplina política, es el primer paso que el gobernante debe afrontar en su gestión pública.
El próximo gobierno que será elegido el 5 de mayo de 2024 en la Presidencia, la Asamblea Nacional, municipios y representantes de corregimiento, no debe subestimar las necesidades, circunstancias y oportunidades adversas que padece la inmensa mayoría de la población.
Lo que más aprecia nuestro pueblo es cuando los gobernantes hablan con la honestidad de reconocer sus límites y asumirlos con un sentido de prioridad en la solución de los problemas de todos. Es hora de ponerle un coto a la megalomanía gubernamental con sensatez, prudencia y sentido de la realidad.
“Vive honestamente, no le cause daño a nadie y dele a cada uno lo suyo”.