Las 500 a Pánfilo Patricio – Las dos caras de la voluntad del Pueblo Panameño
Vino y se fue el 5 de mayo de 2024, con un tsunami sorprendente, lleno de sorprendidos, pero sin sorpresa.
La última semana antes de las elecciones, la petición del voto plancha se hizo más intensa y con más fuerza hacia y desde los movimientos dentro de la oferta electoral de la libre postulación, principalmente VAMOS el cual, de manera estratégica, durante el periodo de campaña, nunca respaldaron públicamente ninguna candidatura presidencial. Mientras que la opción ganadora entre la oferta de los candidatos a presidente, ya se había definido desde hace mucho tiempo antes, siendo así que se monitoreo a través de las diversas encuestas y sondeos que acertaron en el campo.
Los resultados de esta elección nos están reflejando una interpretación de nuestra propia realidad, que hasta cierto punto nos lleva a una conclusión algo contradictoria. Dos caras de la expresión popular, antagónicas en cuanto al matiz de los dos principales vencedores de este torneo. Por un lado, el Presidente Electo José Raúl Mulino Quintero, ciudadano de perfil enérgico, con criterio autónomo, y quien lo conoce, difícilmente puede apostar que puede ser manejable. Con una trayectoria política y profesional, a carta cabal y que está inspirando confianza, en sus primeros mensajes a la nación de que sabe qué y cómo hacer en los próximos cinco años.
No obstante, no habría llegado a ser presidente de la República, si no hubiese sido postulado como vicepresidente, respaldado y endosado con el apoyo, de su principal mentor en el camino plagado de espinas hacia la presidencia. Llegará el momento en que la administración de justicia definirá si nuevamente se debatirá la suerte de quien ha sido declarado culpable por delitos señalados de corrupción.
El mensaje claro a los candidatos de libre postulación aun retumba en los oídos de los partidos políticos tradicionales, que han sido los principales vencidos en esta batalla . ¡VAMOS contra la corrupción!, es el mensaje que conectó con gran parte de la población que sintió el hartazgo de estos cinco años. Esa misma población que añora los años de prosperidad en Panamá y que, por esa razón, apelaron al voto sentimental de rescatar la esperanza, personificado en la elección presidencial ganadora.
El pueblo quiere prosperar, sin corrupción. Quiere generar trabajo, sin coimas de inspectores, supervisores, que obstruyen obras y servicios. El pueblo quiere recibir 24/7 energía eléctrica y agua, sin “vericuetos” ni “camorras” de las empresas e instituciones que atentan contra su calidad de vida.
Es la interpretación de la expresión de esta voluntad popular, que decidió apostar a un Presidente que proyecta autoridad y orden en la cosa pública y que desincentive el apetito coimero que genera corrupción, lo cual preocupa, considerando que su principal apoyo proviene de algunas personas procesadas y condenadas en estos casos.
Todo parte del ejemplo, desde la cabeza, de quien manda, y ésta será observada por las dos caras de un mismo Pueblo hambriento de trabajo y de justicia.
“Vive honestamente, no le cause daño a nadie y dele a cada uno lo suyo”.