Smithsonian: Conociendo las reservas de carbono azul de Panamá
Panamá, 16 de mayo de 2024.- Con una docena de personas a cuestas, Tania Romero -una de las principales expertas en carbono azul de Panamá y directora del Laboratorio Collin del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI)- recorrió el intrincado sistema de un manglar costero.
De acuerdo con el Smithsonian, el término “carbono azul” se refiere al carbono almacenado en ecosistemas marinos como pastos marinos, marismas y manglares. Mediante la fotosíntesis, las plantas absorben dióxido de carbono de la atmósfera y lo secuestran en sus raíces, hojas y, concretamente, en sus sedimentos, contribuyendo así a frenar el cambio climático.
Aunque los bosques terrestres también almacenan carbono (lo que se conoce como “carbono verde”), los índices de secuestro de carbono son significativamente superiores en los ecosistemas de carbono azul; en su biomasa y sus suelos, los manglares tropicales pueden almacenar hasta 4 veces más carbono que sus homólogos terrestres.
El poder de secuestro de carbono de los manglares panameños será importante para que el país alcance sus objetivos de emisiones esbozados en los Acuerdos Climáticos de París del 2015, afirma Romero. “Tenemos que poner a Panamá en la mira mundial para mantener nuestro estatus de país con cero emisiones”, afirma Romero.
Pero este carbono debe medirse con precisión, y la contabilidad del carbono azul en los manglares aún no se practica de forma generalizada, ni se ha estandarizado en todo el país, detalla el reporte.
Para compartir las técnicas de medición del carbono azul y las mejores prácticas, Romero se asoció con Hannah Morrissette, biogeoquímica de humedales costeros del Smithsonian Environmental Research Center (SERC) de Suitland (Maryland), para organizar un taller técnico sobre el carbono azul.
Con financiación de The Pew Charitable Trusts, se invitó a participantes de diversos sectores, como el Ministerio de Ambiente de Panamá (MiAmbiente), grupos conservacionistas (Audubon Panamá, Panamanglar, Asociación Nuevo Manglar), turismo (ChameXplora), pesca (Cooperativa de Pescadores Artesanales), investigación (CCIMBIO-Coiba) y grupos indígenas (Congreso General Guna).
“Estamos encantados con la entusiasta respuesta de tantos grupos interesados”, declaró Rachel Collin científica de STRI, coinvestigadora principal del proyecto. “Ha sido fantástico trabajar juntos en tantos sectores”.
Romero señaló que muchos panameños que viven en zonas costeras ya conocen de primera mano la importancia de la salud de los manglares. “Hay una respuesta comunitaria cada vez que los manglares se ven afectados por la construcción, la basura o la mortandad”, dijo.
Sin embargo, mucha gente sigue quemando carbón vegetal hecho de manglares, sin darse cuenta del efecto que tiene en el almacenamiento de carbono azul.
Susania Ávila, participante en el taller, reflexionó: “El taller me dio una perspectiva más profunda de la importancia de los manglares y su papel en el secuestro de carbono… lo que ha reforzado mi aprecio por la conservación de los manglares”.
Ávila es estudiante de biología marina en la Universidad de Panamá y miembro del Congreso General Guna.