Las 500 a Pánfilo Patricio – La educación y el mercado laboral distanciados por una gran brecha
En ocasiones se escuchan comentarios que lo que se aprende en la escuela o en la universidad, no sirve para enfrentar la vida real, o por ser más cándidos, mucho de lo que se enseña en las aulas de clases, se queda estancado en mucha teoría y poca práctica que nos permita conectar los problemas cotidianos con los conocimientos que adquirimos en nuestras aulas de clase.
Del texto de “Panamá Visión País 2050” que publicó el Consejo Nacional de la Empresa Privada, me permito rescatar algunas ideas centrales que extraigo, del punto referente a la educación, tomando en consideración que no es todo el documento, sino un pequeño extracto y que lo resalto por ser el tema que deseo compartir en esta semana.
Panamá es la economía latinoamericana con más alto nivel de ingreso per cápita, pero en términos de progreso social, pierde mucho en avanzar por la profunda desigualdad reinante. El abismal desequilibrio territorial entre nuestras provincias, la desproporcionada distribución del ingreso entre los factores de producción que se encuentran en la zona transístmica y la baja inversión social y calidad en nuestro sistema educativo, son factores que están limitando el progreso de nuestra población.
Nos mantenemos estancados en un país que no fortalece su sistema educativo, y no garantiza ni promueve el ejercicio efectivo de acceder a una educación de calidad como derecho humano fundamental. Esta brecha debe ir cerrándose implementando una educación de calidad cuantitativa y cualitativamente, a la vez de asegurar mayores estándares y formalidad a la carrera docente.
Es reiterada la escasez de inversión en educación dentro del presupuesto general del Estado, específicamente orientada al desarrollo de habilidades productivas y en Información, Desarrollo, Innovación y transferencia tecnológica, sin embargo, esta realidad prevalece más en el sector público educativo a diferencia de las escuelas privadas de élite.
A nuestros estudiantes, dentro del sistema educativo oficial y en algunos centros educativos particulares, los estamos alejando más del mercado laboral del Panamá del año 2050, porque no estamos aprovechando los recursos, como la ubicación geográfica y el talento de nuestra gente por la falta de formación que haga del recurso humano panameño el centro medular de toda la actividad de desarrollo y crecimiento.
Los avances del conocimiento, la innovación tecnológica, la globalización y la volatilidad de la economía internacional nos obliga a re-construir nuestro sistema educativo para hacerlo más ágil y capaz de proporcionar una formación adaptable al cambio. Las estructuras tradicionales que definen el sistema de educación panameño actual, ya no responden a las necesidades del entorno y del futuro que nos aguarda.
Si mantenemos esta distancia entre las necesidades presentes y futuras del sector productivo y los perfiles de egreso del sector educativo actual, hará que nuestro país siga careciendo de trabajadores, profesionales e investigadores preparados para cicatrizar las brechas en nuestro desarrollo.
La estrategia educativa debe forjar un ciudadano modelo de nuestro recurso humano, comprendiendo que la finalidad del sistema educativo es el bienestar y felicidad del panameño y que la actividad económica debe ser valorada como herramienta para lograr ese fin.
“Vive honestamente, no le cause daño a nadie y dele a cada uno lo suyo”.