Las 500 a Pánfilo Patricio – Manifiesto del Cambio #72. Rescatar a Panamá de la incuestionable última década perdida
El papel lo aguanta todo, pero una idea o un mensaje pueden quedar marcados en la conciencia del lector. Como una semilla que cae en terreno fértil, las palabras pueden motivar el espíritu creativo y transformador de las personas de buena fe y de objetivos patriotas, claros y nobles.
Todas las fuerzas vivas del país, que en la actualidad se reúnen con el interés común de motivar acciones de cambio en las estructuras más profundas de la nación, deben ser conscientes que el Estado está pasando por un momento de consternación e indignación, tras la película más deleznable que dibujó el último gobierno del Partido Revolucionario Democrático, en su peor versión.
Hoy, hay quienes conmemoran la revolución “octubrina”, cuyos principios y valores ya fueron enterrados por el moribundo colectivo de Omar. No obstante, las huellas de desgreño que dejaron a su paso, en el último quinquenio, los panameños no podemos permitirnos el lujo de repetir un gobierno tan miserable y pueril como ese.
El actual presidente de la República, José Raúl Mulino, tiene la obligación de enaltecer la mala imagen que heredó del gobierno anterior, y al iniciar sus 100 días de gestión, el primer ciudadano de la nación ha asombrado con un porcentaje de aceptación bastante alto. No hay que negar que ha sorprendido agradablemente, en algunas decisiones que han sido bien vistas por la población, como lo es encarar valientemente el debate sobre las reformas a la Caja de Seguro Social, conformar un gobierno de figuras multipartidistas e independientes; y lo último, el nombramiento de un profesional del derecho sin historia política partidista, de lo cual se espera genere la confianza necesaria en el Tribunal Electoral.
En medio de todo esto algunos colectivos políticos, que en sus estatutos reposan ideas valiosas que constantemente son ignoradas, deben rescatar del olvido y predicar con el ejemplo, los principios y valores que propugnan en su filosofía y visión del país que estamos tratando de reconstruir.
El ciudadano panameño, está herido en su moral, en su confianza, en su integridad, y los políticos partidistas y no partidistas que creen firmemente en los principios de la libertad, la democracia y la conciencia crítica, deben orientar y servir de referentes del pueblo, no en la sinvergüenzura, el descaro y la falsedad, sino del buen ejemplo, marcando una dirección y hoja de ruta, hacia la consecución de un nuevo proyecto nacional.
Colectivos políticos como Cambio Democrático y Realizando Metas, que en el papel comparten una ideología similar en sus declaraciones de principios, podrían ser más allá de lo estéril y superficial de los discursos, una primavera para la redefinición de un nuevo Estado de Derecho.
El legado más importante, que puede atizar huellas fructíferas y nobles por parte de la gestión Mulino, es sumar a todos los hombres y mujeres interesados en la construcción de un nuevo país, con una nueva y necesaria constitución política que blinde al Estado, lo más posible en el futuro, de los capítulos más vergonzosos y escandalosos en la gestión pública, como los ocurridos en la incuestionable última década perdida.
Vive honestamente, no le cause daño a nadie y dele a cada uno lo suyo”.