Más de 100.000 muertos por abuso de drogas y fármacos en EEUU
El aislamiento y el miedo provocaron un aumento sin precedentes del 28,5%.
Durante la pandemia se dispararon los divorcios, la violencia doméstica y el consumo de alcohol, pero ninguno de estos males resultó tan mortal como el abuso de drogas y fármacos, que por primera vez en la historia dejó más de 100.000 muertos en EEUU. Un aumento sin precedentes del 28,5% con respecto al año anterior.
Atenazados por el miedo, recluidos en su casas y aislados de familiares y amigos, los dolores crónicos se hicieron fuertes en las vidas de muchos. Algunos ya estaban enganchados a los opiáceos que en su momento les recetaron los médicos. Los opioides sintéticos fueron los causantes del 64% de todas las sobredosis de drogas, especialmente el fentanilo, más potente que la morfina y más letal que cualquier otra droga.
El origen de la adicción hay que buscarlo en el abuso de recetas extendidas desde hace años por médicos sobornados por las compañías farmacéuticas. Quienes confiaron en ellos se encontraron un día enganchados a medicamentos sin los cuales su vida era un infierno, torturado por el cuerpo y la ansiedad.
Entre 2009 y 2013, el pico de la silenciosa epidemia, ocho de cada diez recetas eran para opiáceos sintéticos, más de 255 millones de recetas en 2012. Las farmacéuticas descubrieron que el medicamento, pensado para enfermos de cáncer terminales, tenía un techo poco rentable en este grupo, pero podían encontrar clientes para toda la vida si convencían a los facultativos de que lo recetaran para cualquier dolor agudo.
Distribución de antídotos
Al principio eran madres de familia, atletas y ciudadanos que se recuperaban de una operación, una caída o una rotura, pero al poco tiempo ya no se diferenciaban de un heroinómano cualquiera. Mentían, robaban y hasta se rompían a propósito el brazo por tal de que les volvieran a recetar el medicamento que les devolvía la paz. Por eso ciudades como Nueva York facilitaron durante los peores meses de la pandemia el reparto a domicilio de la metadona para heroinómanos, pero los que ocultaban su adicción no estaban en el radar público.
La muerte por sobredosis de estos adictos podía haberse evitado con la distribución de naloxone, un antídoto que les habría mantenido con vida. «Es muy triste que la gente muera por no tenerlo a mano», lamentó el director de la oficina nacional de control de drogas, Rahul Gupta. El Gobierno de Joe Biden ha pedido al Congreso once millones de dólares en los presupuesto del año 2022 para tratamientos de prevención, rehabilitación y, sobre todo, para distribuir antídotos entre toda la población enganchada, lo que supondrá sacar su secreto a la luz.
Por Hoy.es