LA UNACHI Y LA REELECCIÓN
Por: Miguel Antonio Bernal
Mientras el país y la mayoría de su población camina de la mano del desasosiego, la crispación y la incertidumbre, la señora rectora de la Universidad Nacional Autónoma de Chiriquí, UNACHI esgrime de la mano de la politiquería, la plutocracia y las cúpulas de la partidocracia, el camino de su reelección.
Inspirada en el actuar del que pretendió ser rector eterno de la Universidad de Panamá y del actual rector que juró y se comprometió en la no reelección, para luego faltar a su palabra y mantenerse en la Colina, la burocracia de sectores de profesores, de administrativos y de estudiantes, pero, sobre todo, de diputados pelechadores que les apoyan, buscan por todos lo medios alcanzar la reelección en sus cargos, lo cual les facilitará su creciente corrupción.
El NO A LA REELECCIÓN que, por un breve momento, alcanzó a cobrar fuerza, hace unos años, como una herramienta ciudadana, para combatir una práctica que ha destruido el funcionamiento normal y democrático de las instituciones, hoy en la UNACHI, como ayer en la Universidad de Panamá, las autoridades universitarias reeleccionistas, buscan olvidar y hacer olvidar.
Para nadie en nuestro país hoy día, es un secreto que gracias a la reelección -de diputados, alcaldes y representantes de corregimiento-, la corrupción, el autoritarismo y la impunidad se han elevado a alturas impensables que impiden a nuestra sociedad cumplir con las tareas básicas para echar los cimientos de un Estado Constitucional Democrático de Derecho.
Los partidos políticos se esclerosan, más y más. No han sido capaces de ajustarse a los transformaciones del mundo moderno y han preferido refugiarse en el gatopardismo: el cambio para que nada cambie. El Tribunal Electoral, por su parte, a través de sus magistrados, convertidos en perros guardianes de la partidocracia y enemigos declarados de la participación ciudadana en los espacios electorales, ha montado toda una telaraña y laberintos para que le reelección sea aceptada como un logro de la democracia. Hoy en la UNACHI, como ayer en la Universidad de Panamá, las autoridades universitarias reeleccionistas los imitan.
En las universidades, se debía aquilatar el cultivo del conocimiento y de la inteligencia/ Hoy son el ejemplo vivo de las nefastas consecuencias de la reelección de sus autoridades, Y, aún así, no faltan quienes buscan en otros claustros universitarios introducir el ese síndrome de deficiencia académica, que acarrea la reelección.
Por ello, resulta bochornoso ver, hoy en la UNACHI, cómo ayer en la Universidad de Panamá, tanto la Rectora como la mayoría de los Decanos y Directores de sus Centros Regionales, buscan afanosamente la reelección en sus cargos, obtenidos hace cinco años atrás.. Para tal fin, recurren a todos los medios demagógicos habidos y por haber, abandonando los más caros valores académicos.
La UNACHI, al igual que la Universidad de Panamá, lejos de ilustrar ante los graves problemas que confrontamos, abandona su rol académico para convertirse en una arena electorera dónde los peores vicios del clientelismo, el caciquismo y el culto a la personalidad, ocupan el quehacer de los reeleccionistas y sus fanáticos,
Mientras, fuera del claustro, la ciudadanía, desconocedora de sus derechos y responsabilidades como poder ciudadano, balbucea -con temor aún- su sentimiento de la necesidad de un cambio, de una transformación, de un revolcón que le ponga un alto a la reelección y a su corrupción. Los reeleccionistas optan por no oír.
Retomemos las enseñanzas del Maestro Octavio Méndez Pereira y el aliento ciudadano y avancemos hacia un movimiento universitario antirreeleccionista, cómo un preámbulo vivo de un proceso constituyente para el empoderamiento de los ciudadanos. Con dignidad y con visión: ¡No hay que permitir la reelección!.
(Este artículo es responsabilidad de su autor)