Café con aroma de mujer frente al cambio climático
Ante el cambio climático los sistemas de producción se enfocan en medidas de adaptación para ser más resiliente a este fenómeno. Un grupo de 30 mujeres del distrito de Renacimiento, provincia de Chiriquí han unificado esfuerzos para iniciar su primera cosecha de café sensible.
Las lluvias, cambios en la temperatura y las plagas, son parte de las amenazas que afectan considerablemente la producción cafetalera mundial. Por esta razón a nivel internacional se impulsa la llamada “cuarta ola de café”, que consiste en la generación del café sensible. Esto se basa en buscar variedades resistentes a la crisis climática y trabajar en adecuar las fincas, de manera que haya un equilibrio con los ecosistemas naturales, e insertar nuevas prácticas sostenibles.
Desde hace más de siete años, el Ministerio de Ambiente de la República de Panamá (MiAMBIENTE) orienta a estas mujeres en la búsqueda de otras variedades de café como Obata, Tupi Marsellesa, Catuai SH3, Iapar, todas aprobadas por el Instituto de Café de Costa (ICA), para alcanzar buena productividad, ser tolerantes y resilientes al cambio climático y al hongo de la roya, principal enfermedad que afecta a estos cultivos.
Finca modelo
Rosa Suira, forma parte de este grupo de mujeres, ella es propietaria de la finca Las Heliconias, ubicada en la comunidad de Miraflores en Renacimiento.
Mientras recorría las largas parcelas, recordaba sus años de niñez cuando su padre le enseñaba todo sobre a la cosecha del café, y es testigo de los drásticos cambios que se han dado en la zona producto del calentamiento global.
“Usamos abono orgánico, tenemos variedad de heliconias y bambú en nuestra finca, estos son árboles retenedores de agua”, expresó la también docente.
Precisamente la inserción de los sistemas agroforestales dentro de las parcelas de café, busca que se usen menos químicos y así evitar el deterioro del suelo.
La biomasa de los árboles fijadores de nitrógeno se incorpora en la superficie, reduciendo en gran escala la erosión.
En cuanto a la fauna, a mayor presencia de flora, se forman hábitats de animales. En el caso de esta finca, la señora Suira comentó que hay variedad de insectos y aves que son polinizadores y dan continuidad a la vida de este ecosistema.
Cultura cafetalera
Una de las principales actividades en Renacimiento a lo largo de los años es la producción del café. El estar en un área de gran altitud y clima templado juega un papel importante en el resultado final. A mayor altura se registra el microclima ideal para que los granos tengan un mejor perfil de tasa (fragancia, aroma, sabor, dulzor, acidez) es decir mejor características organolépticas que definen la calidad del producto.
Digna Núñez, productora de café en el área de Santa Clara, distrito de Renacimiento, explicó que este negocio es la punta del realce de la economía del sector.
“A raíz de la caficultura se mueve el transporte selectivo, colectivo, las bombas de combustible, los agroquímicos, los almacenes, entre otros”, afirmó.
¿De dónde surge la idea?
Núñez, explicó que tuvo la oportunidad de participar en un convivio internacional con otras mujeres que participan en la industria cafetalera. En este encuentro se abordó sobre esta nueva tendencia y el impacto que conlleva en el ambiente, calidad de vida y seguridad alimentaria.
“Pude ver que había mujeres en otros países que estaban organizadas y traje la idea. Somos productoras, tenemos viveros, tenemos buena mano e ideas para producir, claro que podemos tomar este reto”, recalcó con orgullo.
Ligia Castro, directora nacional de cambio climático del MiAMBIENTE, dijo que el desarrollo y producción del rubro café es muy importante, en especial para la provincia de Chiriquí, siendo las zonas de Boquete, Tierras Alta y Renacimiento con áreas de mayor cultivo.
“El desarrollo de este cultivo utilizando sistemas agroforestales, con enfoque de soluciones basadas naturaleza y la inclusión de buenas prácticas son condiciones favorables que contribuyen a mitigar los efectos de cambio climático, ya que incorpora el componente arbóreo que captura CO2 y con la utilización sostenible de los servicios ecosistémicos se incrementa la adaptación de los sistemas productivos”, recalcó Castro.
Por su parte, Melitza Tristán, directora nacional de Cultura Ambiental de MiAMBIENTE, exalta que cada vez más mujeres están desempeñando roles importantes en la comunidad; y esto contribuye al desarrollo comunitario desde la perspectiva social, ambiental y económica, garantizando así la sostenibilidad y mitigando el cambio climático.
Cada una de las 30 mujeres que han emprendido en esta iniciativa, cuenta con cultivos de café en sus casas o fincas. Se espera que en un periodo de dos a tres años se pueda obtener la primera cosecha, tomando en cuenta que las parcelas son relativamente nuevas.
Núñez explicó que este proceso no es fácil. Diariamente ellas llevan un cronograma de actividades sobre la limpieza, fertilización, control de enfermedades. Esto constituye un monitoreo para ver qué enfermedades atacan al cultivo y de allí se toman decisiones sobre los riegos. A su vez, organizan jornadas de reforestación para aumentar el bosque con especies que mejoren los suelos y así abastecer las cuencas hídricas.
Con acciones como esta queda claro que cada vez más mujeres tienen un papel relevante en las toma de decisiones en las comunidades más vulnerables de nuestro país y MiAMBIENTE ofrece orientación sobre las nuevas técnicas para que los productores las repliquen por el bien del entorno natural y la calidad de vida de los panameños.