Crean un robot inspirado en los camaleones que se camufla con su entorno
Capaz de cambiar de color en tiempo real para coincidir con su fondo, la piel electrónica de este robot blando podría revolucionar la tecnología de camuflaje portátil de nueva generación.
En todo el reino animal existen cientos de especies crípticas, es decir, que pueden cambiar de color para confundirse con el entorno que les rodea. Un ejemplo de ello son los pulpos y sepias, auténticos maestros del camuflaje en el fondo del mar. Pero, si no obstante lo que pisamos es tierra firme el absoluto e indiscutible ganador de las artes de la ocultación, el disfraz y el disimulo, es por antonomasia el camaleón. Quizá es por ello que los científicos no dejan de inspirarse en estos sorprendentes animales de distintas maneras.
En este sentido, el camuflaje artificial se basa en imitar el camuflaje natural presente en el medio que nos rodea. De hecho, ya desde comienzos del siglo XIX, podemos encontrar algunos estudios interesantes con fines militares sobre la tecnología del camuflaje. Aunando toda esta serie de estudios sobre la tecnología del camuflaje y el camuflaje natural, el camuflaje artificial se está convirtiendo en un tema central en el ámbito de la innovación tecnológica. Un requisito previo para el desarrollo de dispositivos de camuflaje artificial es la capacidad de transmitir una amplia gama de coloración que se pueda controlar y cambiar a voluntad, tal y como lo hace el camaleón. Sin embargo, hasta el momento esto ha sido algo difícil de lograr debido a la complejidad y requisitos de la tecnología necesaria para ello, así como de las altas frecuencias espaciales necesarias para que el dispositivo imite eficientemente el entorno.
Ahora no obstante, el equipo dirigido por el experto en ingeniería mecánica de la Universidad de Seúl, Seung Hwan Ko, acaba de desarrollar nueva estrategia para el desarrollo de un nuevo camuflaje artificial utilizando varias capas de cristal líquido termocrómico integradas con redes de nanocables de plata estampadas y apiladas verticalmente.
Junto con los sensores de color y los sistemas de control de retroalimentación, los autores fabricaron una piel de camaleón artificial y la instalaron en un robot de cuerpo blando, demostrando que el robot puede detectar el color de fondo local, y no solo cambiar, si no hacer una transición progresiva de su color para que coincidiera con su entorno en tiempo real.
Los propios autores del estudio, el cual se publica esta semana en la revista Nature bajo el título Biomimetic chameleon soft robot with artificial crypsis and disruptive coloration skin, explican que aún son necesarias más investigaciones para desarrollar tanto el reconocimiento como la expresión eficiente de las texturas de las superficies en alta resolución, no obstante, sugieren que es algo que podría lograrse dados los avances en el procesamiento de señales y la ciencia basada en datos actuales.
Fuente: nationalgeographic