EEUU fabrica cinco nuevos bombarderos nucleares imposibles de detectar
El B-21 Raider reemplazará a los actuales bombaderos estratégicos B-1, B-2 y B-52, un avión totalmente invisible capaz de llevar cabezas nucleares a Pekín sin ser detectado.
La fuerza aérea de los Estados Unidos va a sustituir todos sus bombarderos estratégicos — capaces de soltar bombas atómicas en cualquier punto del planeta — con un nuevo avión secreto del que no se sabe absolutamente nada concreto excepto que será totalmente invisible al radar y que se llamará B-21 Raider.
Y según ha anunciado esta mismo semana el Secretario de la Fuerza Aérea Frank Kendall — durante la Conferencia del Aire, el Espacio y el Ciberespacio de la Asociación de la Fuerza Aérea — el Raider no es un proyecto teórico a largo plazo: los cinco primeros B-21s están ya en fase de ensamblaje en la fábrica de alta seguridad de Northrop Grumman en Palmdale, California.
Qué sabemos del Raider
Aparte del nombre y varias generalidades, no sabemos nada del B-21 Raider. Es un programa ultrasecreto. Según Kendall, “ahora mismo hay cinco aviones de prueba en la cadena de producción del B-21 en la Air Force Plant 42 de Palmdale, California” como parte del programa para cambiar todos los bombarderos nucleares de largo alcance de la ejército del aire estadounidense.
Kendall afirma que, aunque nunca le “escucharán realizando predicciones optimistas de estos programas […] en este punto estamos avanzando bien para su despliegue” según lo programado. El secretario también afirma que éste es el primer programa en invertir en nueva tecnología en más de dos décadas.
Según Defense News, la USAF tiene programado comprar 100 de estos aviones totalmente invisibles, que sustituirá al B-2 Spirit, el primer bombardero (casi) invisible del mundo. “Casi” porque — desde que entró en servicio en 1997 — han habido varios avances en tecnología de radar que lo han hecho menos invisible a sus enemigos naturales: Rusia y China. El B-2 — un avión con una autonomía de más de 11.000 kilómetros y una envergadura de 52 metros — es además extremadamente costoso, tanto en su fabricación como en su mantenimiento. Por eso hay sólo 20 operativos, que se mantendrán en activo hasta 2032.
El gobierno americano asegura que el B-21 Raider es mucho más barato que el B-2 tanto en la construcción como en su mantenimiento. Lo último es así por el nuevo material que absorbe el radar — por supuesto totalmente secreto — que es mucho más barato y duradero que el anterior, además de más efectivo: el B-21, dicen, será absolutamente invisible a todas las tecnologías de radar, por lo que serán capaces de adentrarse en China y bombardear Pekín sin alertar a sus fuerzas de defensa antiaérea.
La triada nuclear
El Raider — llamado así en honor a los pilotos del Doolittle Raid, el primer ataque aéreo en suelo japonés durante la Segunda Guerra Mundial — también subsituirá al B-1 Lancer y al B-52. Éste último lleva en activo desde 1955 y, después de múltiples arreglos que han cambiado casi por completo toda la flota — de hecho, poco queda de los originales excepto el fuselaje — sigue siendo la columna vertebral de los bombarderos estratégicos estadounidenses.
Pero tanto el B-1 como el B-52 pueden hacer poco contra las defensas aéreas rusas y chinas, siendo sólo efectivos contra enemigos de tercera como Irán, Afganistán o Libia. El B-21 los sustituirá a todos, dicen los americanos, y se convertirá en el componente aéreo de la llamada ‘tríada nuclear.’ Las otras dos partes de esa triada son los submarinos nucleares cargados de misiles y los misiles balísticos intercontinentales situados en silos terrestres.
En definitiva, avanzamos hacia el Novaceno, sí, pero — no contentos con el cambio climático o la destrucción que puede venir de fuera — seguimos insistiendo en caminar sobre el filo de la navaja.
ElConfidencial