El aire acondicionado, solución y nuevo problema ante el calentamiento global
La expansión de estos aparatos triplicará el consumo de energía para 2050.
Con el actual calentamiento global en marcha, la refrigeración artificial se está convirtiendo en un bien básico y necesario para poder sobrevivir. La solución, sin embargo, está formando parte del propio problema. El aire acondicionado no se adapta a las necesidades energéticas actuales ni va en línea con las tendencias ambientales que se deberían adoptar para frenar el cambio climático.
Tampoco llegan a todo el mundo. A día de hoy, en países en vías de desarrollo, como México o Brasil, apenas el 16% de los hogares cuentan con este recurso. La brecha es mayor en países como India, donde tan solo el 5% de la población cuenta con aire acondicionado. Mientras, en Japón o Estados Unidos, el 90% de la población disfruta de la posibilidad de activar el aire acondicionado en sus casas cuando hace demasiado calor o demasiado frío.
Pese a tan enorme brecha, las estimaciones indican que de aquí a 2050, impulsado por el crecimiento de la población mundial, la adquisición de aires acondicionados en los edificios se triplicará en todo el mundo, hasta llegar a los 6.000 millones de unidades en total. Se disparará fundamentalmente en los próximos 20 años, cuando los países en desarrollo adquirirán masivamente estos aparatos.
Esto hará que más de la mitad de los hogares pasen a tener un aparato de aire acondicionado: 85% en Brasil, 61% en Indonesia y 69% en India. Pero si en 2050 la totalidad de la población tuviera acceso a este servicio (también vital para preservar alimentos y vacunas), se necesitarían hasta 14.000 millones de equipos.
A pesar de la expansión de los aires acondicionados, la desigualdad se mantendrá. Una nueva investigación, centrada en Brasil, India, Indonesia y México -países que hoy tienen un menor acceso a este recurso- revela que para el año 2040, entre 64 y 100 millones de hogares no podrán satisfacer sus necesidades de refrigeración ambiental y se encontrarán en una situación de malestar térmico.
Con tal cantidad de aparatos en el mundo, su consumo se triplicará, hasta el punto de que para funcionar necesitarán tanta electricidad como toda China e India hoy en día, como destaca el estudio The Future of Cooling, de la Agencia Internacional de Energía (IEA por sus siglas en inglés).
El problema principal es que estos aparatos apenas han evolucionado desde que fueron inventados. Los fondos que se han dedicado al sector para su modernización y eficiencia han sido muy limitados y se han producido pocos avances destacables, lo que ha provocado que la tecnología básica funcione casi igual que cuando se introdujo hace casi un siglo.
La gran demanda energética, necesaria para alimentar todos estos nuevos electrodomésticos, resultará en emisiones adicionales de dióxido de carbono (CO2).
Según un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, la mejora la eficiencia energética de la industria de la refrigeración y los electrodomésticos podría evitar la emisión de entre 210.000 y 460.000 millones de toneladas de dióxido de carbono en las próximas cuatro décadas, según asegura un nuevo informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
En otras palabras, logrando un método de refrigeración más efectivo, se podrían ahorrar al mundo el equivalente de ocho años de emisiones globales (al nivel de 2018) en los próximos 40 años.
En este aspecto entran en juego las energías renovables, dado que una parte del problema ambiental se lograría paliar si los hogares y las oficinas se refrigeraran con fuentes de energía verdes.
Sin embargo, en la Unión Europea estas energías utilizadas para enfriar o calentar son aún las menos utilizadas. En 2020, el uso de energías renovables para este fin en la Unión Europea aumentó hasta alcanzar el 23,1%, desde un 22% en 2019 y un 12% en 2004. Asimismo, existe una gran brecha entre los países comunitarios, de modo que, mientras en España este indicador se encuentra por debajo del 20%, en Suecia más del 66% de su energía procede de fuentes renovables.
Por informacion.es