
«El hambre disminuye en el mundo, pero aumenta en África y Asia occidental»: según informe de las Naciones Unidas
El informe El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo de este año examina también las causas y consecuencias de la reciente inflación de los precios de los alimentos.
Addis Abeba, 28 de julio de 2025.- Se estima que el 8,2% de la población mundial —es decir, unos 673 millones de personas—, padecían hambre en 2024, lo que supone un descenso con respecto al 8,5% registrado en 2023 y al 8,7% en 2022. Sin embargo, los avances no fueron uniformes en todo el mundo, ya que el hambre siguió aumentando en la mayoría de las subregiones de África y Asia occidental, según la edición de este año del informe El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo (SOFI 2025), publicado hoy por cinco organismos especializados de las Naciones Unidas.
Presentado durante el segundo Balance después de la Cumbre de las Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios, que se está celebrando en Addis Abeba (Etiopía), SOFI 2025 indica que entre 638 y 720 millones de personas padecieron hambre en 2024. Sobre la base de la estimación puntual* de 673 millones, esto representa un descenso de 15 millones de personas desde 2023 y de 22 millones desde 2022.
Si bien el descenso es positivo, las estimaciones más recientes siguen estando por encima de los niveles previos a la pandemia, y la elevada inflación de los precios de los alimentos de los últimos años contribuye a la lenta recuperación de la seguridad alimentaria.
Se observan mejoras notables en Asia meridional y América Latina.
La prevalencia de la subalimentación en Asia se redujo del 7,9% en 2022 al 6,7%, es decir, 323 millones de personas, en 2024. Además, en la región de América Latina y el Caribe, la prevalencia de la subalimentación se redujo al 5,1% —34 millones de personas— en 2024, desde el máximo del 6,1% registrado en 2020.
Por desgracia, esta tendencia positiva contrasta fuertemente con el aumento constante del hambre en África y Asia occidental, en particular en muchos países afectados por crisis alimentarias prolongadas. La proporción de la población que se enfrenta al hambre en África superó el 20% en 2024 —afectando a 307 millones de personas—, mientras que en Asia occidental se estima que el 12,7% de la población —más de 39 millones de personas— habría sufrido hambre en 2024. Se prevé que en 2030 casi 512 millones de personas padecerán subalimentación crónica. Casi el 60% de ellos se encontrarán en África. Esto pone de relieve el inmenso desafío que supone alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 2 (Hambre cero), advirtieron la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Logros desiguales
Entre los indicadores de nutrición infantil, el informe resalta algunos avances, entre ellos que la prevalencia del retraso en el crecimiento en menores de cinco años bajó del 26,4% en 2012 al 23,2% en 2024.
Sin embargo, otros indicadores como el sobrepeso y la emaciación muestran escasa variación en más de una década.
También se reporta un adelanto importante en la lactancia materna exclusiva, que pasó del 37% en 2012 al 47,8% en 2023, un dato especialmente relevante en América Latina, donde numerosos países han implementado campañas masivas de promoción en salud materno-infantil.
Sin embargo, persisten desafíos significativos: la obesidad adulta aumentó del 12,1% al 15,8%, y la anemia entre mujeres de 15 a 49 años subió del 27,6% al 30,7% entre 2012 y 2023, lo que señala problemas estructurales en el acceso a una dieta balanceada.
Inflación alimentaria
El informe subraya las consecuencias de la inflación alimentaria entre 2021 y 2023, impulsada por la pandemia de COVID-19, la guerra en Ucrania y fenómenos climáticos extremos.
En los países de renta baja, la inflación de alimentos llegó a 30% en mayo de 2023, afectando seriamente a las familias más vulnerables.
El número de personas que no pueden costearse una dieta saludable se ubicó en 2600 millones en 2024, marcando un retroceso con respecto a los 2760 millones de 2019.
Esa mejora fue mejora fue desigual, ya que en los países de bajos ingresos, el número aumentó de 464 millones a 545 millones de personas.
Llamado a la acción
Los líderes de las agencias de la ONU hicieron un llamado urgente a reforzar la cooperación internacional, las inversiones rurales y las políticas sociales.
“El progreso es alentador, pero desigual. Debemos intensificar esfuerzos para garantizar el acceso universal a alimentos seguros y nutritivos”, dijo el director General de la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Qu Dongyu.
La directora ejecutiva del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Cindy McCain, advirtió que los recortes presupuestarios podrían revertir los avances logrados: “Sin financiamiento suficiente, millones perderán el acceso a la ayuda alimentaria que necesitan desesperadamente”.