HRW pide a Colombia y Panamá medidas urgentes para migrantes
Por segunda vez en menos de tres meses, más de 11.000 migrantes, la mayoría haitianos, esperan en el municipio colombiano de Necoclí por un boleto que los acerque al Tapón del Darién, la frontera controlada por grupos ilegales en la que arriesgarán sus vidas con la esperanza de llegar a Panamá y luego a Estados Unidos.
José Miguel Vivanco, director para las Américas de Human Rights Watch, dijo el miércoles a The Associated Press que los gobiernos de Colombia y Panamá deben tomar “medidas urgentes para proteger a las personas que intentan cruzar el Darién, no deben dejarlos abandonados a su suerte”. Vivanco recordó que se trata de migrantes vulnerables que “huyen de violaciones de derechos humanos o situaciones de pobreza extrema” y una vez en el Tapón del Darién sufren abusos por parte de grupos armados.
Los gobiernos de Colombia y Panamá llegaron a acuerdos en agosto para permitir un flujo controlado de migrantes irregulares entre los dos países: primero Panamá recibiría 650 personas diarias y a partir del 1 de septiembre este número se reduciría a 500 personas. Sin embargo, el pasado lunes Panamá advirtió que Colombia estaría incumpliendo el acuerdo.
La Cancillería colombiana no se ha pronunciado al respecto. Los dos países planean reunirse el próximo viernes para abordar la situación.
Migración Colombia no se pronunció inmediatamente al ser consultado sobre los migrantes que se encuentran en las costas de Necoclí ni el control del flujo de personas acordado con Panamá.
Los migrantes, en su mayoría, ingresan a Colombia por el sur del país en la frontera con Ecuador y lo atraviesan por el oeste en transporte público, privado o caminando. Según ha explicado a la prensa Migración Colombia, la mayoría provienen de Brasil y Chile, los países a los que emigraron buscando oportunidades de empleo desde 2010 tras el terremoto en Haití.
El alcalde de Necoclí, Jorge Tobón, calcula que al municipio llegan diariamente 1.000 migrantes, sin embargo, las embarcaciones solo pueden llevar a 500 de ellos a Capurganá, lugar donde inicia la travesía por el Darién. “Tenemos un funcionario de Panamá verificando que realmente sí salgan 500 migrantes… si seguimos con esta tendencia lo más seguro es que finalizando septiembre vamos a tener más de 25.000 migrantes en Necoclí”, advirtió en un video difundido el lunes por su oficina de prensa.
La Defensoría del Pueblo, entidad estatal encargada de velar por los derechos humanos, indicó el martes en un comunicado que de acuerdo con el monitoreo que han hecho en Necoclí hay más de 11.400 migrantes represados. Aunque algunos se hospedan en hoteles o en casas en las que rentan habitaciones, otros duermen en la playa por falta de recursos.
La cantidad de personas que ahora habitan el municipio ha causado una “emergencia hospitalaria” -advirtió la Defensoría- debido a que el Hospital San Sebastián no cuenta con los recursos técnicos ni la infraestructura para atender a los extranjeros y a los colombianos.
“Además de los sobrecostos y la reventa de tiquetes, los funcionarios de la Regional Urabá- Darién de la Defensoría han sido informados sobre la salida de embarcaciones ilegales a altas horas de la noche, exponiendo a los migrantes al riesgo de naufragio en alta mar o a robos y estafas por parte de los ‘coyotes’ o traficantes de personas”, aseguró el defensor del Pueblo, Carlos Camargo.
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