La oposición de izquierdas regresa al poder en Noruega
El laborista Jonas Gahr, podría gobernar gracias a una alianza de cinco partidos que habría obtenido un centenar de escaños en las elecciones.
La oposición de izquierdas, liderada por el laborista Jonas Gahr Støre, ganó este lunes las elecciones parlamentarias en Noruega, dominadas por el destino del sector petrolero del país. Así lo señalaban las últimas proyecciones publicadas al cierre de los comicios. «Nosotros hemos escuchado, hemos esperado y hemos trabajado duro, y ahora lo podemos decir: ¡lo logramos!», declaró Støre, probable próximo primer ministro, ante la aclamación de sus seguidores.
Se espera que los cinco partidos de la oposición obtengan 100 de los 169 escaños del ‘Storting’, el Parlamento unicameral noruego, suficientes para desbancar a la coalición de derecha de la conservadora Erna Solberg, según esas mismas proyecciones.
Con 89 escaños por el momento, el partido Laborista de Støre parecía encaminado a una mayoría absoluta con sus aliados favoritos, el partido de centro y la izquierda socialista, sin necesitar a las otras dos fuerzas de la oposición, los ecologistas de MDG y los comunistas de Rødt. «Noruega envió un mensaje claro: las elecciones muestran que el pueblo noruego desea una sociedad más equitativa», declaró, Støre, un millonario de 61 años que hizo una campaña contra la desigualdad social.
En estos comicios una cifra récord de más de 1,6 millones de noruegos, el 42,3% del electorado, recurrieron al voto anticipado. Con el resultado aparente de las urnas, los cinco países nórdicos, bastiones de la socialdemocracia, deberán estar nuevamente dirigidos por la izquierda.
«El trabajo del partido conservador en el Gobierno terminó por esta vez», dijo Solberg, que gobernaba el país escandinavo desde 2013, un récord para la derecha. «Felicito a Jonas Gahr Støre -añadió- que, en este momento, parece tener una clara mayoría para cambiar el Gobierno».
El petróleo, en el punto de mira
La «alerta roja para la humanidad» emitida a principios de agosto por los expertos en clima de la ONU (IPCC) puso el calentamiento global en el centro de la campaña electoral y obligó a Noruega a reflexionar sobre el destino de las actividades petroleras que lo hicieron inmensamente rico. Dicho informe alentó a aquellos que, a la izquierda y, en menor medida, a la derecha, quieren deshacerse del petróleo.
El MDG pide el cese inmediato de todas las prospecciones petrolíferas y poner fin a la explotación petrolera en 2035, un ultimátum que rechaza Støre, licenciado en ciencias políticas en París y que fue ministro con Jens Stoltenberg entre 2005 y 2013. Igual que los conservadores, el Partido Laborista descarta renunciar a las ganancias del petróleo y aboga por una retirada gradual.
En Noruega, el sector petrolero representa el 14% del Producto Interior Bruto (PIB), más del 40% de las exportaciones y 160.000 empleos directos. El llamado ‘oro negro’ también permitió a este país de 5,4 millones de habitantes amasar el mayor fondo soberano del mundo, con casi 12 billones de coronas en activos (1,2 billones de euros). «La demanda de petróleo está en declive. Esto ocurre por sí mismo, por la ley del mercado. No hay que decretarlo (…) sino tender puentes hacia futuras actividades», declaró a la AFP el responsable jefe de energía del Partido Laborista, Espen Barth Eide.
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