Las 500 a Pánfilo Patricio
Manifiesto del Cambio 5: “El ladrón más grande de todos”.
Por: Boris O. Núñez V.
“El ladrón más grande de todos, es la esperanza” (KIYOSAKI, El Juego del Dinero), esta frase suena muy fuerte, sobre todo en un día como hoy, víspera de la festividad en que se celebra el nacimiento de quien representa, para el mundo cristiano, la redención hacia una nueva vida. Muchos recordamos que la esperanza es lo último que se pierde, pero si la aseveración del Padre Rico es cierta, ¿quién desearía quedarse por siempre con este tipo de ladrón?.
El contexto al que hace referencia Padre Rico, es a la promesa de un aumento de valor a una acción de participación en una compañía X, y que un inversionista bien formado y acucioso debe evitar en la medida de lo posible, caer en las predicciones futuristas de corredores de bolsas, basados solo en promesas o esperanzas, de que “algún día se incrementarán las ganancias”. El rejuego entre la expectativa presente y el sueño del futuro.
No existe una bola de cristal que pueda garantizarnos el porvenir, que es con lo que la esperanza juega, si esa premonición la basamos en el esfuerzo del azar o las coincidencias aleatorias. Es a eso a lo que se refiere con que la esperanza es un ladrón, un ratero del hoy y del presente, que nos hace quizás caer en falsas oportunidades, tras cada error o falla que cometamos.
Estas fiestas de navidad y año nuevo nos brindan nuevas oportunidades de prometernos y esperanzarnos hacia un nuevo comienzo, pero pensemos que es probable también, que hayamos estado repitiendo algunos de los mismos errores del año anterior. Es un análisis personal en lo más profundo del silencio y en la humildad de nuestro hogar. Es una reflexión en la que no podemos permitirnos robar una vez más nuestra propia esperanza.
“Elevar … (nuestro) nivel de conciencia…” (numeral 8, Artículo 14 ESTATUTOS CD); “Observar… una conducta ajustada a los principios de honestidad y responsabilidad…” (numeral 10, Artículo 14 ESTATUTOS CD) y “Mantener relaciones de mutuo respeto, consideración y cooperación con los demás…” (numeral 11, Artículo 14 ESTATUTOS CD), son algunos de los deberes que todos los miembros de este colectivo, se alinean en estas fechas para replantearnos de cara a una nueva promesa anual.
En estas fechas sembremos y cultivemos, como ciudadanos y políticos sinceros y optimistas, la generosidad en cada una de nuestras acciones en favor de las personas, desinteresadamente, con alegría, teniendo en cuenta la utilidad y la necesidad de aportar a esas personas, aunque nos cueste un esfuerzo; y además la laboriosidad, cumpliendo diligentemente las actividades necesarias para alcanzar progresivamente nuestra propia madurez natural y sobrenatural, ayudando a nuestros semejantes a hacer lo mismo en lo profesional y en el cumplimiento de los deberes. (ISAACS, Educación de las Virtudes Humanas).
No permitamos que la esperanza se nos vuelva una ladronzuela oportunista, aprendemos a dominar su juego de azar, con generosidad y trabajo diligente. El nuevo año 2022 puede significarnos en lo social y en lo político, un cambio hacia nuevas oportunidades que no sean producto de nuestros mismos errores.
“Vive honestamente, sin hacerle daño a nadie y dándole a cada uno lo suyo”.
(Este artículo es responsabilidad de su autor)