Las 500 a Pánfilo Patricio
Por: Boris O. Núñez V.
El 31 de diciembre de 2019 se aprobó el Decreto Ejecutivo No. 424, el cual fijó las nuevas tasas de salario mínimo en todo el territorio nacional para los siguientes dos años, 2020 y 2021. Años en que hemos tenido que afrontar una calamidad mundial, sin tener oportunidad de advertirla y mucho menos prepararnos para ella en lo sanitario, económico y social.
El artículo 174 del Código de Trabajo establece que el salario mínimo debe ser revisado cada dos años por lo menos, atendiendo las recomendaciones de la Comisión Nacional de Salario Mínimo integrada por miembros que provienen del sector empresarial, trabajador y gubernamental. Es una comisión tripartita, en la que podríamos observar, si se diera el caso, un debate equidistante entre el binomio obrero-patronal y fungiendo como mediador el Gobierno. Eso en el idealismo mágico de un país de diálogo y consenso.
La realidad es otra, y en esta oportunidad la coyuntura actual nos muestra la crisis institucional, económica y social agravada por la pandemia del COVID-19. ¿es pertinente en este momento plantear la posibilidad de aumentar el salario mínimo por el hecho de cumplir la ley? – ¿un aumento del salario mínimo debe impactar el desempleo que ronda el 20% de panameños? – ¿están todas las empresas en capacidad de absorber este aumento más la amenazante alza en los costos de producción como secuela de una crisis mundial de contenedores?
Definitivamente que el norte de todo Estado de Derecho debe ser el cumplimiento irrestricto de la ley en todos los ámbitos, y en esta ocasión no debe ser la excepción. En estos momentos existe una grave crisis en las economías familiares en donde por lo menos uno de sus integrantes ha perdido su fuente formal de empleo, mientras que aquel que la conserva, a duras penas le alcanza lo mínimo que puede generar. Para este panameño sí es pertinente hacer este ajuste.
Alrededor del 70% de las empresas en Panamá provienen del sector de las micro, pequeñas y medianas empresas, mientras que un 3% de estás se ubican en la categoría de grandes empresas, y un 24% no pudieron ser identificadas con exactitud (Fuente: https://cncpanama.org/cnc/index.php/8-cnc/161-observatorio). Lógicamente para la mayoría del sector empresarial, el impacto en el aumento del salario mínimo será significativo y comprometido para el sostenimiento de su actividad, por lo que se hace necesario crear nuevas fórmulas o leyes especiales en este sentido para el sector de micro y pequeñas empresas, así como las grandes y multinacionales empresas cuentan con instrumentos legales que le aportan incentivos y exoneraciones fiscales más ventajosas para su sector.
El verdadero desafío que tenemos como nación es en el abastecimiento de mercancías en la llamada crisis de contenedores, que ha sido una secuela de la pandemia del COVID-19. Para el 2019 el costo de transportar un contenedor de 40TEUS, desde y hacia Panamá, para nuestras empresas micro o grandes, era de B/. 4,000.00 aproximadamente, sin embargo, ese mismo contenedor ha visto su costo incrementado dos o tres veces su valor.Aumento inminente de los precios en la mayoría de las mercancías importadas a Panamá.
Estas situaciones están ocurriendo en el presente, mientras nos adormecen en sobrevivir diariamente, Pánfilos y Patricios, en medio de una discusión de reformas electorales, carente de una política de reactivación del turismo, formación de profesionales para la agroindustria, y estímulo de industrias de bienes ambientales que podrían contribuir en la captación de esa población desempleada y ávida de producir.
“Vive honestamente, sin hacerle daño a nadie y dándole a cada uno lo suyo”.
(Este artículo es responsabilidad de su autor)