Las 500 a Pánfilo Patricio – EL DÍA DESPUÉS
Luego del fallo histórico, que declara la inconstitucionalidad de la Ley 406 de 2023, el cual marca un antes y después en la forma de protestar y manifestarse del panameño, de la conexión con los problemas nacionales de parte de las organizaciones políticas, de la lectura de la realidad por parte de las autoridades de gobierno, del replanteamiento del rol de los abogados en medio de la crisis y de la definición de cuál país somos y queremos ser en el futuro, todos los panameños debemos reflexionar de lo que ha pasado en los últimos 38 días de paro nacional.
En primer lugar, la forma de protestar y manifestarse. De manera inédita y sin precedentes el Pueblo salió a las calles de lunes a domingo, de manera simultánea en cada ciudad de provincias, a lo largo del territorio nacional y por mar, aire y tierra, se sintió la determinación de una población entera a expresar su indignación, furia y enojo contra todo lo que representa el sistema político colapsado.
En segundo lugar, los partidos políticos y aquellas organizaciones y movimientos políticos no partidistas, debemos generar entre todos, un diálogo franco y establecer los canales de comunicación idóneos para mantenernos conectados a la realidad cuando se está absorbido por el poder o la popularidad. Lo ocurrido durante los 38 días de protestas, le enseñan a todos los políticos tradicionales o novatos, que es importantísimo mantener la conexión de la realidad e interpretar las señales que se avizoran ante escenarios de crisis social, y no cometer los errores de enconarse y aislarse en las sillas del poder.
En tercer lugar, las autoridades de gobierno presentes y futuras, de cara al próximo torneo electoral del 5 de mayo de 2024, ante los escenarios de toma de decisiones impopulares, hay que discernir entre lo impopular y la decisión correcta. Las decisiones correctas no son por quien decide que es así, si no porque deben estar fundamentadas en criterios técnicos y científicos que puedan comunicarse a la población, para que, desde su mandato, pueda comprenderse del por qué se asumen dichas decisiones, y se legitimen. No basta con decir que es la correcta, si no que hay que demostrarlo con hechos.
En cuarto lugar, el rol de los abogados, aquellos que se plantearon al lado de la población y aquellos que se orillaron del lado de la Concesionaria y del Gobierno, aprender que los letrados debemos estar del lado de la verdad y la justicia, cuando el derecho entra en colisión con la justicia.
En quinto lugar, de embriagarnos de alegría por el histórico fallo, nos llega el día después en el que como país debemos generar consensos para que los objetivos logrados no se diluyan en el tiempo. El Pueblo decidió y se expresó que Panamá vale más sin minería, sin embargo, tenemos en frente una realidad a la que hay que afrontar con más responsabilidad, para que no se genere un perjuicio mayor por un abandono de la obra o un mal plan de cierre de la actividad. Corresponde organizarse y mantener la vigilancia en los actuales gobernantes para que definan, en el corto plazo, con autoridades renovadas y rconfiables, cuál es el paso a seguir.
“Vive honestamente, no le cause daño a nadie y dele a cada uno lo suyo”.