Las 500 a Pánfilo Patricio – “Inteligencia vs Músculos”
Por: Boris O. Núñez V.
En el momento en que se presentó ante la Asamblea Nacional una iniciativa para flexibilizar y relajar los requisitos de ingreso a los estamentos de seguridad, llámese Policía Nacional, Servicio Aeronaval y Servicio Nacional de Fronteras, juicios de valor surgieron en el debate de la opinión pública. ¿quién estará detrás de esta iniciativa? ¿por qué una singular preocupación de que jóvenes marcados con tatuajes actualmente están siendo discriminados al ingresar a nuestros estamentos de seguridad?, ¿por qué se cuestionaría más a un policía tatuado y no a uno con obesidad y fuera de condiciones?
A este último cuestionamiento sobre las condiciones físicas de las unidades de nuestros estamentos de la fuerza pública, el director de la Policía Nacional responde con ironía que a la delincuencia se combate con inteligencia y no con músculos. Es sobre esta aseveración, que gesticula la más alta figura de nuestro principal estamento de seguridad y que sobre el cual recae las sonadas críticas hacia nuestros agentes policiales, que me gustaría recordarles a los diputados de nuestra Asamblea Nacional, al Presidente de la República junto con el Ministro de Economía y Finanzas y a todo el cuerpo que componen la Fuerza Pública, que para garantizar el orden, la seguridad y la paz en todo el territorio nacional el trabajo de inteligencia debe ser integral.
Todos los actores tienen una cuota de responsabilidad y no pueden abstraerse unos de otros, ni que un solo eslabón de la cadena cargue con todo el peso que nos cuesta a toda la población, el alto costo de la ineficacia y de la mezquindad en la asignación de recursos en materia de seguridad nacional.
Antes de flexibilizar los requisitos de ingreso a la Policía Nacional, que hoy prohíbe a personas tatuadas engrosar sus filas, primero deberíamos hacer todo lo que está al alcance de las autoridades que están del lado del orden, el bien y la justicia, para que nuestros agentes de “Proteger y Servir”, no solamente estén con buenas condiciones físicas y mentales, si no que cuenten con los recursos suficientes para estar bien equipados a nivel individual, cada unidad, así como de forma colectiva toda la institución.
Los sectores dentro del Presupuesto General del Estado como lo es la seguridad nacional, la educación y la salud por regla general no deben sufrir de ningún recorte presupuestario en lo proyectado ni tampoco en el proyecto aprobado. Pero al parecer, hay desabastecimiento que estimulen la inteligencia lógica, por parte de nuestro Órgano Ejecutivo ya que no debe ser difícil de comprender que si sacrificamos en seguridad nacional, la pagamos en paz social.
Existe una carencia marcada de inteligencia kinestésica para que se den cuenta que una unidad policial en condiciones físicas óptimas, abona muchísimo al imaginario colectivo de nuestra ciudadanía para generar más confianza hacia nuestros agentes.
Hace falta mucha inteligencia interpersonal en nuestro cuerpo colegiado de diputados nacionales para desarrollar la capacidad de comprender que un papel que plasme la aprobación de una ley, ésta de por sí, no va resolver el problema de fondo. Es por ello que nuestros estamentos de fuerza pública requieren de un presupuesto cónsono al interés nacional de seguridad y no del lado de factores irregulares de poder que están penetrando en nuestras instituciones.
Los derechos humanos de una persona tatuada, jamás podrán estar por encima del derecho humano que tenemos todos de vivir en un país seguro.
“Vive honestamente, sin hacerle daño a nadie y dándole a cada uno lo suyo”.
(Este artículo es responsabilidad de su autor).