Las 500 a Pánfilo Patricio – La diferencia entre ganar o generar confianza electoral
En menos de veinticuatro horas el telón del inicio de la campaña electoral se abre de par en par para la próxima elección del 5 de mayo del presente año en Panamá. Aún a estas alturas, a noventa días de los comicios, las opciones presidenciales no están definidas completamente. Existe la agitada posibilidad de que uno de los candidatos, por efecto de una sentencia, quede descartado en la contienda, por imperio de la norma constitucional.
En el tablero del ajedrez electoral, y en el orden en que aparecerán en la papeleta presidencial, los candidatos son: José Gabriel Carrizo, Martín Torrijos, Rómulo Roux, Ricardo Lombana, Ricardo Martinelli, Zulay Rodríguez, Melitón Arrocha y Maribel Gordón. ¿Quién de estos candidatos, se verá favorecido con la mayor cantidad de votos válidos en el próximo torneo electoral?
Un voto válido es el resultado de un proceso en el que el elector ha tenido la oportunidad de escuchar, caminar, conversar, observar, conocer, comparar, a cualquiera de estos candidatos y que al final, le gana o genera confianza. Esto no se construye en tres meses, que es lo que dura la campaña electoral.
Ciertamente la confianza que podamos traducir en ese voto válido del 5 de mayo de 2024, entra en su punto de cocción crítico durante los próximos noventa días. Sin embargo, anterior a este periodo, cada uno de los nombres mencionados ha construido una historia a partir de hechos, discursos y acciones que, en el parámetro entre la consistencia, coherencia, mensajes y decisiones tomadas, el elector puede concluir en quién confiar.
Desde el 2019 por lo menos se ha estado escribiendo el libreto para las elecciones de mayo de 2024. Así encontramos un vicepresidente que es visto como el candidato de la mina, un expresidente que ha sido juzgado y condenado; un independiente que antes criticaba a los partidos políticos, pero él fundó el suyo propio; un candidato que se ha mantenido consistente en el proyecto presidencial, pero cuestionado por el hecho de trabajar en una firma de abogados reconocida; otro expresidente, que luego de su última aparición hace 15 años, ahora regresa para ser visto como un mesías polémico; una candidata a presidente, alcalde y diputada por libre postulación, que ambiciona todo, un exdiputado del cual hay muy poca trayectoria de servicio público que hable por él y una economista con influencias de políticas de izquierda que aún genera desconfianza en la población.
Ganar confianza, es como un regalo que en ocasiones no se merece, y no es lo mismo que generar confianza con acciones y hechos. El próximo quinquenio se va a caracterizar por los desafíos de primera necesidad para la población panameña; generar fuentes de empleos para adultos de más de 50 años y jóvenes sin experiencia; reformar la seguridad social; resolver el caos en servicios de recolección de basura y agua potable; diseñar un nuevo esquema constitucional que rectifique el rumbo de un Estado colapsado en corrupción y clientelismo.
¿Quién de los candidatos genera esa confianza?
Por lo pronto Rómulo Roux en su trayectoria representa hechos y acciones, en el que el resultado más visible durante estos cinco años ha sido la depuración del partido Cambio Democrático, enfrentándose a la corrupción de muchos y todo lo que representa, y manteniéndose constante en un proyecto presidencial que aspira a que la práctica de gobernar acabe con el clientelismo y modernice el Estado.
“Vive honestamente, no le cause daño a nadie y dele a cada uno lo suyo”.