Las 500 a Pánfilo Patricio – “Las funciones de investigación y extensión en el sistema universitario panameño”.
¿Qué está pasando en nuestro sistema universitario que aun cuando está una presencia considerablemente numerosa de centros universitarios en el sector público y privado, hay consultores que opinan que nuestra formación de educación superior es de poco impacto en investigación y extensión en el aprovechamiento de los recursos naturales y estratégicos que como nación somos dueños?
No resulta impactante y tampoco se percibe como existente la relación entre universidad y sociedad en Panamá. Pareciese que, en ocasiones, nuestras universidades desarrollan sus procesos de educación superior a espaldas de las realidades y necesidades que se generan dentro del seno social. La poca investigación y extensión que hay a nivel de la educación superior nos muestra que lo básico es mercadear y promover una imagen publicitaria para captar nuevas matrículas y mantener la presencia de la labor docente. Sin embargo, el aporte a la transformación de la sociedad panameña, a partir del diagnóstico de problemáticas nacionales con su solución, sigue siendo ausente o con una incidencia de muy poco impacto.
Todas las universidades públicas y privadas en Panamá deben desarrollar, además de docencia como principal función, investigación como eje transversal de su naturaleza institucional y, consecuentemente integrar en la sociedad, el desarrollo de cada actividad con resultados y productos de esa función. No solamente es pararse frente a un grupo de jóvenes y recitar teorías y conceptos. Hace falta más investigación en áreas estratégicas, en la que la acción universitaria sea parte integral de la alineación de las políticas públicas, los planes y acciones de desarrollo científico y tecnológico del Estado.
En Panamá desde antes del siglo XXI, la inversión en investigación por parte del sector privado es nula y aunque el gobierno aporta, a través de varios centros autónomos, estos presupuestos resultan insuficientes para implementar una política nacional consistente.
Ante los llamados a una constituyente, para visualizar la refundación y modernización del Estado panameño en el futuro, nuestras universidades públicas y privadas deben asumir un rol protagónico, mucho más que esa labor docente por la que se han caracterizado replicando teorías y procesos del pasado (siglos XVIII, XIX y XX). La labor de investigación no debe estar relegada y, por el contrario, se debe estimular más la creatividad, la innovación y el uso de la curiosidad científica para un desarrollo integral y sostenido a nivel nacional,
Se hace presente la necesidad que, a través de los métodos de aprendizaje de las más recientes escuelas pedagógicas y andragógicas, los programas de estudios diseñados sean actualizados con los fundamentos teóricos de vanguardia y adaptados a la realidad de nuestra sociedad panameña, analizados dentro del contexto de nuestras fortalezas y carencias, como resultado de una relación estrecha en el binomio Sociedad – Universidad.
Es una realidad que nuestras instituciones universitarias privadas, le dedican muy poco presupuesto a la investigación o el que existe, proviene de los aportes del sector público con instituciones como la Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología o el Instituto para la Formación y Aprovechamiento del Recurso Humano. El sector privado no ha valorado el costo beneficio de apoyar o financiar proyectos de investigación desde nuestras universidades, porque prejuzgan que el retorno es a largo plazo y con altos riesgos.
Sin embargo, no puede haber un Estado que esté por delante de los problemas nacionales sin la academia, si en la labor universitaria dos de los vértices principales entre docencia, investigación y extensión, siguen en desbalance con respecto a los resultados y productos de impacto que debe generarse desde nuestros claustros universitarios.
“Vive honestamente, sin hacerle daño a nadie y dándole a cada uno lo suyo”.