Las 500 a Pánfilo Patricio – Manifiesto del Cambio 16: “Educar en el orden”
Por: Boris O. Núñez V.
¿Cuántas veces es necesario recordarles a las autoridades de gobierno que el Estado mantiene su deber permanente de proveernos bienestar colectivo? ¿de qué manera podría la población en general, ayudar a las autoridades de gobierno para que respondan a las necesidades básicas que nos aquejan? ¿cómo cada gobierno, de turno, puede administrar adecuadamente los recursos del Estado en el breve lapso del cual dispone para poder cumplir con las demandas sociales? ¿cómo podremos hacer para que gobernantes y gobernados podamos enfocarnos en una misma lógica para solucionar tantos problemas acumulados?
Todas estas preguntas nos han saltado a la mente, al observar que en el manejo y gestión de la cosa pública, constantemente atravesamos por la sensación que estamos en medio de un estilo de vida que nos orilla al conformismo de nuestra desorganización institucional.
Nuestro origen republicano desde 1903, quizás nos arrastró el legado de indiferencias que el gobierno colombiano destinó al Istmo, durante los años en que formamos parte del proyecto bolivariano de la gran Colombia, y que a lo mejor aún no hemos podido borrarlo totalmente. Un inicio como nueva República, marcado por las dudas que representaría la nueva nación, y nuestros fundadores y primeros patriotas, necesariamente volcaron su sentido de prioridad, en construir identidad, cultura, institucionalidad jurídica, economía, y gestión pública en general, lo cual se entiende perfectamente y mal podemos achacar errores o decisiones equivocadas. Nuestra nación ha prosperado, prospera y en el futuro seguirá prosperando con lo que hemos sido capaces de construir y destruir.
Sin embargo, el presente nos ubica en un momento de nuestra historia determinante para definir nuestro futuro, aprendiendo de nuestro pasado. Ciento diecinueve años de vida soberana vamos a cumplir este año 2022, y es un buen momento para que tanto autoridades y sociedad civil, inscrita, a fin o adepta a partidos políticos, o que prefieren mantenerse desafiliados a este tipo de organizaciones, podamos ordenar nuestra casa y plantearnos ¿qué hay que comprometer para hacer las cosas bien?
¿Qué es hacer las cosas bien? – ¿Según quién? y ¿Para qué? Precisamente, frente a los innumerables focos de protestas, reclamaciones, demandas, deficiencias en el servicio público, los altos costos para suplir las necesidades de alimento, transporte, educación, salud y vivienda, que le pueda proveer un mínimo de bienestar al ciudadano de salario mínimo, se hace urgente que comencemos a definir y poner en blanco y negro, cuáles son las acciones prioritarias para encaminar una nueva hoja de ruta que nos diagnostique, sensibilice, defina y resuelva, finalmente todos nuestros problemas acumulados. Es necesario que nos eduquemos en el orden.
Desarrollar en la nueva generación de ciudadanos la consciencia de comportarse de acuerdo con un conjunto de normas lógicas y necesarias que nos faciliten el logro de objetivos consensuados. Debemos coincidir en qué nos hace falta mejorar en la organización de nuestra cosa pública. Ser realistas que cada gobierno, solo puede prometer lo que en cinco años puede cumplir y emplazar a nuestras autoridades a que realicen las actividades que puedan resolver sin la necesidad de tener que recordárselo en cada protesta.
Aprendemos a administrar sabiamente el tiempo que disponemos y que le pertenece a nuestra calidad de vida.
“Vive honestamente, sin hacerle daño a nadie y dándole a cada uno lo suyo”.
(Este artículo es responsabilidad de su autor).