Las 500 a Pánfilo Patricio – Manifiesto del Cambio 20: “De la Roma arcaica a la actual Panamá en crisis”
Por: Boris O. Núñez V.
En el año 508 a.C. en Roma sucedió un evento parecido a la realidad que estamos viviendo actualmente en Panamá. Aproximadamente en ese año, Roma era gobernada por una clase patricia que controlaba los cargos políticos y el ejército, apoyada por una clase pudiente de nuevos ricos que provenían de la plebe, que lograron formar parte de la conformación del ejército, como principal medio para acceder a la fortuna. Los llamados, por mi parte, “plebeyos jats”.
Estos nuevos “ricos” resultaron ser más insensibles que la originaria clase patricia, que fueron los fundadores de Roma y acapararon los factores de poder de aquella sociedad arcaica y primitiva, como lo fueron el ejército, el culto, la agricultura y la economía. Pero con la incorporación al ejército, algunos miembros de la plebe lograron acumular fortuna, aprovechándose de las instancias que esta institución facilitaba. Esto trajo consigo que la otra parte de la población que no podía acceder al estamento de la milicia, por diversas razones, se situaban en una realidad excluyente y marginada, por cientos de años.
Así como ocurre hoy en Panamá, esa clase plebeya a la que podemos identificar como los Pánfilos de la exclusión en la Roma arcaica, encontraron un factor catalizador que los movilizó hacia la protesta y la insurrección, cuando se sintieron acorralados al extremo ante los abusos de expropiación de las tierras que debían ser destinadas para trabajar la agricultura, pero fueron utilizadas por las legiones del ejército para expandir sus conquistas y poderío; el hostigamiento de los cobros abusivos por parte de los patricios y los “plebeyos jats” que forzaron a los plebeyos excluidos a pedir préstamos de dineros usureros, para sortearse en la supervivencia diaria. Éste fue el disparador que en este mismo contexto paralelo podemos comparar con nuestra realidad.
Hoy en día cualquiera puede ser un Pánfilo, Patricio o un “patricio jat”, y alternar estos roles, en medio de la crisis que estamos afrontando, dado que los catalizadores en Panamá, si bien no es la exclusión de formar parte del ejército ni ser privados de trabajar la agricultura, sí encontramos cierta similitud en los exorbitantes e imparables descontroles que agobian a la clase popular y la clase media local. Panameños y panameñas sienten que su esperanza de tener mejores días se ve truncada por la naturaleza desvirtuada de nuestras instituciones gubernamentales que han sucumbido a la corrupción, la especulación descontrolada, la ausencia de liderazgo, la falta de controles y fiscalización, el clientelismo populista y el hartazgo masivo.
Los plebeyos excluidos en la Roma arcaica lograron obtener reivindicaciones que mejoraron sus condiciones de vida después de mucha lucha y sacrificio. Hoy los panameños nos ubicamos en un escenario parecido a lo ocurrido hace más de dos mil años atrás y estamos en medio de una incertidumbre en la que debemos enfocarnos a tocar el fondo de los problemas estructurales de los cuales padecemos desde la vuelta de la era democrática.
Es el momento de apreciar, dentro de una dimensión objetiva y justa, el valor del pasado que ha transitado durante los años de democracia post invasión para reflexionar sobre el país que hemos construido en treinta años, y los desafíos que nos ponen a prueba hoy en medio de esta crisis, para rediseñar un futuro mejor que corrija las fallas estructurales de nuestras instituciones jurídicas, económicas y sociales.
“Vive honestamente, sin hacerle daño a nadie y dándole a cada uno lo suyo”.
(Este artículo es responsabilidad de su autor).