Las 500 a Pánfilo Patricio – Manifiesto del Cambio 21: “Educarnos, ¡siempre!”
Por: Boris O. Núñez V.
“Todos tienen el derecho a la educación y la responsabilidad de educarse”. Con esta oración comienza el artículo 91 de nuestra Constitución Política, el cual pertenece al Capítulo 5, del Título III sobre los Derechos y Deberes Individuales y Sociales, puntualizando el pilar de la educación.
Al iniciar con este pronombre indefinido, todos, solemos pensar que únicamente se debe estar refiriendo al conjunto de niños y jóvenes que pertenecen a la población que cursa en los colegios de educación básica, pre media, media y universitaria en general. Sin embargo, es nuestro parecer que esta premisa jurídica, también alcanza a toda la población adulta que ha culminado una etapa formal de adiestramiento e instrucción, como miembros de ese conjunto de ciudadanos que pueden ejercer este atributo, como derecho y a la vez, el deber como forma de responsabilidad individual.
Ante esta observación, deseamos resaltar en esta premisa, el apartado de la responsabilidad de educarse como un deber, señalando principalmente, a toda esta población adulta, sobre la cual recae en nuestros hombros el presente y futuro de la niñez y juventud que nos han de superar.
Durante las últimas cuatro semanas, se ha hecho notorio en una gran parte de los actores que han intervenido, directa o indirectamente, durante el conflicto social, llamemos no Gobierno, Grupos Sociales en protestas, consumidores, padres de familia, medios de comunicación, Iglesia, y en general, toda la población, que debemos asumir de forma más consciente, nuestra responsabilidad de educarnos en muchos aspectos que han salido a relucir.
Por ejemplo, si empezamos por los actores bajo presión como lo ha sido el Gobierno, les cabe la responsabilidad de educarse mejor en manejo de crisis, pasando por entrenarse en la habilidad de la escucha activa y cómo ganar confianza, ante una evidente crisis de falta de legitimidad.
Si por el otro lado, observamos a los Grupos Sociales en protesta, también les corresponde asumir su cuota de responsabilidad de formarse mejor en el manejo de su poder popular, capaz de arrodillar a un gobierno, pero sin humillarlo. Utilizar el poder para educar, y no avasallar.
En cuanto a todos nosotros como consumidores, nos cabe la responsabilidad de comprender mejor y aplicar las reglas básicas de la economía e incidir de manera monolítica y unitaria en los precios de los artículos de primera necesidad, actuando como un solo ente capaz de hacer cambiar la dinámica de precios a favor del lado de los que demandamos esos productos.
A los padres de familia, su responsabilidad de educarse mejor en los valores cívicos que desean transmitirles a sus acudidos, y lograr los cambios que deseamos en la nación, a partir de la convicción que lo importante no es el país que le vamos a dejar a nuestros hijos, si no qué hijos le vamos a dejar al país.
A los medios de comunicación en general, si realmente está presente la labor de informar y educar, entonces es ineludible la imparcialidad y objetividad en la comunicación de los hechos, sin opiniones ni sesgos.
La Iglesia, que la principal enseñanza que ha permitido toda esta experiencia de aceptar el reto de ser un tercero neutral en medio del conflicto social, es que falta mucho por aprender y formarse en cuanto a dinámicas de dialogo social, y hay que estar debidamente conscientes de los recursos que se requieren para asumir este reto.
A todos nos corresponde la responsabilidad de educarnos, ¡siempre!.
“Vive honestamente, sin hacerle daño a nadie y dándole a cada uno lo suyo”.
(Este artículo es responsabilidad de su autor).