LAS 500 A PÁNFILO PATRICIO – MANIFIESTO DEL CAMBIO # 43
“PÁNFILO PATRICIO, ¿Quién es ?…”
Cuando encendemos nuestras computadoras una vez a la semana para plasmar algunas ideas en columnas de opinión como la de Las 500 a Pánfilo Patricio, se hace con la esperanza de que las reflexiones compartidas, motiven un despertar en cada lector.
El origen del nombre de Pánfilo Patricio, como en numerosas ocasiones han preguntado del por qué ese nombre, es que en quinientas palabras se puede transmitir un mensaje corto y profundo que cuestione la realidad del momento y haga preguntarnos, si lo que estamos haciendo como sociedad, está bien o hay que corregir el rumbo.
Pánfilo, en la antigua civilización cuando se sentaron las bases de la antigua Roma y la creación del derecho, tal como lo conocemos hoy día, desde hace casi más de 2,776 años, representó la humanidad de un esclavo. Un hombre o mujer oprimida, los cuales perdieron toda su condición de dignidad humana, al perder su libertad de actuar, decidir, vivir. Eran aquellas personas que violaban las leyes establecidas por los nobles de la ciudad, los patricios.
Patricios, los fundadores, los colonizadores, los nobles que se constituyeron en la génesis y comienzo de una civilización, que, a partir de la creación de sus propias normas jurídicas, y la firme convicción de hacerlas cumplir, aseguraron por casi alrededor de quince siglos de historia, la permanencia del poder y la autoridad de la clase dominante de esa sociedad.
Es así como nace Las 500 a Pánfilo Patricio. Es una remembranza y a la vez un análisis de la realidad actual en la que en cada situación de la vida en sociedad, y por los roles que desempeñamos en ella, representamos a Pánfilos o Patricios, todos conviviendo en un mismo seno social en el cual generamos una sola interdependencia, de la cual estamos distantes de otras sociedades, marcada por un sentido nacional distinto y heterogéneo.
Las opiniones y comentarios que se plasman en este tipo de columnas de opinión tienen la intención de generar reflexión. Pero no un ejercicio pasivo de meditar en ideas, si no que podamos accionarnos como ciudadanos conscientes con deberes y derechos, que podemos encaminarnos hacia cambiar y revertir un escenario en común: Reducir la distancia existente entre el Panamá el chabacano, enfermo y obsoleto del que estamos sufriendo todos y el Panamá culto, sano y moderno el cual aspiramos, a través de la reflexión y la acción.
La Roma Imperial no se construyó en un día, ni en cinco años, y perduró por más de 1,700 años, hasta que implosionó y colapsó como imperio. La República de Panamá, sobrevive entre Pánfilos que laboran en oficinas públicas, conducen metrobuses, taxis o “uber”, los que siembran y cosechan, los que enseñan y aprenden; y Patricios que gerencian y dirigen las instituciones de gobierno, construyen y diseñan nuestras avenidas e importan nuestros vehículos, administran nuestras escuelas y universidades públicas y privadas; le compran a nuestros productores y venden en los supermercados.
Todos convivimos en la misma sociedad, nuestra grande y pequeña, Panamá. Aprendamos a remar hacia el objetivo de hacer de nuestro país, una potencia social, económica, cultural y regional para los próximos 100 años.
“Vive honestamente, sin hacerle daño a nadie y dándole a cada uno lo suyo”.