Las 500 a Pánfilo Patricio – Manifiesto del Cambio #71. Sumar al adversario derrotado
Mientras la población panameña, desde las elecciones generales del 5 de mayo, conversa y debate sobre el tema de la Caja de Seguro Social, los hallazgos de los escándalos de corrupción del gobierno anterior, la constante de los altos precios en alimentos y medicinas, temas de interés nacional, a puertas cerradas en cada una de las sedes del Partido Cambio Democrático, lo que coloniza la atención de la membresía es la próxima elección de la Junta Directiva Nacional, que se realizará el 27 de octubre del presente.
Luego de la elección presidencial, que se reconoce la estrepitosa y contundente derrota, inició el proceso de renovación en la jerarquía del partido. Sin embargo, y cuestionando la propia capacidad democrática que no se ha construido dentro del colectivo, pareciese que dentro del proceso de crecimiento no puede haber más espacio ni interés en abordar los temas nacionales, si no hasta que se cumpla con dicho sufragio. Es como pretender creerse que los problemas del país se detuviesen hasta que se escoja un nuevo presidente.
Gran parte de las áreas de mejora y de fortalecerse que tiene Cambio Democrático es revolucionar esa costumbre de depender a que una jerarquía dicte la línea a seguir, ejerciendo un liderazgo autoritario y lineal, el que no acepta espacio a la comunicación horizontal ni la generación de consenso. Eso hace daño internamente.
Estas son las huellas que deja el liderazgo vertical, centralizado, de poca comunicación, poco consenso y organización que se gestó desde su fundación hasta el presente en Cambio Democrático. Es el costo político que nos cobró al perder la elección presidencial del 2024.
Pronto se abre las puertas en la Ave. Federico Boyd a un nuevo o nueva presidente del colectivo, y si se quiere que Cambio Democrático se recomponga y sane sus heridas, luego de la catástrofe presidencial, quien asuma la conducción durante 2024-2029, debe comprometerse a convocar a las estructuras del colectivo desde la base, sus convencionales y sus juntas directivas a nivel territorial.
Es necesario crear una identidad propia de Cambio Democrático anclada a los valores y principios de una visión de país, que como colectivo, deseamos presentarle a la nación panameña. La lealtad no se puede hipotecar a una sola persona, si no a los valores y principios qué pudiese esta persona representar y que debe perdurar en el tiempo.
La tenacidad, la hidalguía, la franqueza, honestidad, el coraje, la resistencia, entre otras más, son virtudes que queremos observar en cada uno de los candidatos que integran las dos nóminas que compiten por la presidencia, y es ese perfil que debe ser elevado en el privilegiado sitial de conducir el colectivo hacia un mejor futuro.
La comunicación hostil que brota de algunas personalidades no es lo que quiere la membresía y mucho menos la población ciudadana. Lo que queremos como membresía es que se establezca una agenda que salga a considerar, escuchar y tomar en cuenta la línea horizontal de los Cambio Democrático, y la manera que cada uno quiere aportar a la consolidación del colectivo.
A la mayoría de la población, en estos momentos, no le interesa cuál es el futuro de Cambio Democrático, y eso es producto, de la desconexión y ruptura en la confianza hacia los partidos políticos. Se requiere de un liderazgo capaz de tolerar y aceptar la diferencia de criterios y de generar armonía al sumar al adversario derrotado.
“Vive honestamente, no le cause daño a nadie y dele a cada uno lo suyo”.