Las 500 a Pánfilo Patricio – Manifiesto del Cambio #82. De la declaración a la acción. Confiar y dejarse guiar
Desde el mundo hacia los límites fronterizos que definen la extensión de nuestro territorio nacional, la humanidad está respirando aires contrariados, compulsivos, caóticos. Si es la guerra entre Ucrania con Rusia, el actual conflicto bélico entre Israel e Irán, y más cerca de nosotros, la crisis social que está enfrentando Panamá desde Darién hasta Bocas del Toro, nos encontramos sumergidos en incertidumbres y pesares.
La guerra es la expresión más violenta del conflicto, en la que los protagonistas están a poca distancia de perder sus capacidades y recursos para resolver sus diferencias de manera pacífica. Realmente, ¿qué es resolver un conflicto de manera pacífica?. ¿Basta con dialogar solamente?.
El abordaje de las diferencias, disputas o divergencias no es algo fácil ni sencillo de lidiar. Existen especialistas que han dedicado años de estudios y experiencias en el análisis de los conflictos, en cualquier ámbito. En el caso que nos ocupa las disputas internacionales como el conflicto social en Panamá, los especialistas pueden ser cualquier ciudadano o profesional que se haya dedicado científica, académica y profesionalmente, al manejo y resolución de los conflictos.
Cualquier título profesional como abogados, doctores, arquitectos u otros por ejemplo y cargos públicos como ministros, diputados alcaldes, obispos, pastores y otros pertenecientes a comunidades legitimadas, podrían asumir el rol de ser un mediador, negociador o facilitador, si así fuere.
Sin embargo, para ser un gestor de soluciones de conflictos en muchas ocasiones no es suficiente contar con buenas intenciones. Hace falta, preparación y formación en esta temática, que se nutre del aporte de otras ciencias como la psicología, el derecho o la comunicación, pero que en sí misma la solución de conflictos exige desarrollar habilidades de manejo de crisis, análisis de conflicto, comunicación, persuasión, negociación y compromiso, pero desde la perspectiva de principios rectores como la voluntariedad, la buena fe, la flexibilidad y la asertividad.
No dudo que a nivel internacional existen dichos especialistas y profesionales que puedan aportarle al mundo propuestas para los conflictos entre Ucrania con Rusia y el de Israel con Irán actualmente, y es preocupante ver escenarios de conflictos bélicos; y en lo que respecta a Panamá, si pudiera apoyar los esfuerzos de paz en el mundo, no debería escatimar intenciones para ello.
Sin embargo, Panamá está afrontando su propia crisis, que está sacudiendo la estabilidad y tranquilidad nacional y, desde hace más de 25 años, existen normativas legales, profesionales y especialistas con experiencia que legitiman las técnicas y herramientas que nos brindan los métodos de la mediación, la negociación y la facilitación del dialogo para resolver disputas. Nuestra historia, está llena de ejemplos de conflictos resueltos con voluntad pacífica.
Precisamente, voluntad firme y pacífica es lo que hace falta. Quienes se encuentran en conflicto, deben dejarse guiar por quienes pueden acompañarlos en este proceso de ir de la declaración a la acción práctica, en escenarios neutrales, con respeto mutuo entre adversarios, negociando en base a intereses comunes, de comunicarse asertivamente y no con violencia y de escuchar más que simplemente oír.
En Panamá sí existen dichos especialistas, pero quienes deseen su intervención, tendrán que confiar y dejarse guiar.
“Vive honestamente, no le cause daño a nadie y dele a cada uno lo suyo”.
