Universidad de Panamá patenta antídoto innovador contra picaduras de alacranes
El antiveneno creado por la universidad puede ser utilizado en 3 especies diferentes de arácnidos en el continente americano.
Panamá, 21 de octubre de 2025.- La Universidad de Panamá (UP) logró patentar un antídoto contra las picaduras de 3 especies o tipos de alacranes que se encuentran en el país.
La investigación de venenos de alacranes y la creación del antídoto, convierte a la UP en pionera en América.
El estudio fue realizado por el Centro de Investigación e Información de Medicamentos y Tóxicos (CIIMET) de la UP, en conjunto con el Instituto de Biotecnología (IBT-UNAM, México).

Foto: cortesía de CIIMET.
El antiveneno patentado utiliza toxinas recombinantes -moléculas de toxinas modificadas genéticamente- de 3 especies de importancia médica en el país: Tityus jaimei, Tityus cerroazul y Centruroides bicolor.
El antitóxico de la universidad también es único, porque neutraliza el veneno completo de las 3 especies y cubre los 2 géneros de escorpiones médicamente relevantes en Panamá (Centruroides y Tityus).

La información fue confirmada por el creador del antídoto, investigador y profesor, Marcos Hugo Salazar, de la Facultad de Ciencias Naturales, Exactas y Tecnología.
Salazar explica que en la mayoría de los casos de picadura se desconoce qué escorpión la causó. Debido a la dificultad de identificar la especie en los centros de salud, se decidió fabricar un antiveneno poliespecífico, algo que no existía previamente.
Un factor de relevancia en patentar el antiveneno es que jurídicamente le brinda protección al producto para evitar que sea producido por otro laboratorio sin el consentimiento de la UP.

Foto cortesía de CIIMET.
Actualmente, países como Brasil, Venezuela y Argentina producen antídotos para la especie o género Tityus, mientras que México fabrica y exporta a Estados Unidos y Centroamérica antiveneno para el género Centruroides. Sin embargo, estos antídotos comerciales solo neutralizan el veneno de una especie (de la que extrajeron las sustancias).
Las picaduras de escorpión representan un problema de salud pública.
Según datos del Ministerio de Salud (Minsa), entre 2000 y 2016 se registraron 47 defunciones en todo el país. Las cifras de picaduras varían cada año: en 2019 se reportaron 935 casos; 706 en 2020; 839 en 2021; 700 en 2022; y hasta octubre de 2023, se contabilizaron 481.
Un caso reciente, como el de la niña fallecida en Veraguas a mediados de 2025, revela que el problema persiste en las áreas rurales.
La mayoría de los casos se reportan entre abril y agosto, coincidiendo con la estación lluviosa. Los niños son el grupo más vulnerable, y las regiones con mayor riesgo incluyen áreas boscosas y rurales del país.

Foto: cortesía de CIIMET.
La especie Tityus jaimei, común en Panamá y también encontrada en Costa Rica, se estima que provoca la mayoría de las muertes en el país, especialmente en menores de 14 años.
Por otro lado, el Tityus cerroazul -cuyo nombre está relacionado con Cerro Azul, pero que también habita en zonas montañosas de Coclé, Chiriquí y Panamá Oeste- posee un potente veneno neurotóxico.
La gravedad de la picadura varía según la edad y la contextura de la persona. En niños menores de 7 años y ancianos, puede causar un envenenamiento severo y provocar la muerte. La falta de un antiveneno efectivo en los centros de salud de las zonas rurales convierte estos accidentes en una carrera contra el tiempo.
Para Salazar, el antiveneno desarrollado por la UP contribuirá a que este problema de salud pública pronto sea cosa del pasado.
Fuente: Carlos Caballero/Universidad de Panamá.