Uno no está, donde no lo quieren
Por: Alessandra Rodríguez – Comerciante.
Crecí escuchando en mi hogar, en ese entonces en Veraguas, a mis padres entusiastas, por allá por el año 98, (tenía 16 años), hablar de un nuevo partido que según comentaban, era diferente a otros, que venía a transformar la política y que lo integraban hombres y mujeres de valores y principios.
Han pasado 26 años, que sumados a mi entonces 16, me colocan en el rango de la población adulta, y aunque no me inscribí, los sigo muy de cerca, gracias a que mis progenitores aun siguen, aunque divididos, (mi padre optó por irse a RM, y mi madre se quedó en CD) en sus avatares políticos.
Pues bien. Entendiendan que recibo mucha información de ambas corrientes, que a mi parecer no son lo mismo ni se escribe igual, y espero comprendan mis planteamientos.
Como partido vivieron persecuciones políticas durante el gobierno del ex presidente Varela. Algunos de forma injusta y otros diría que muy merecidos, y ahí estaban, aguantando su huaqueo, pero solos, firmes y decididos.
Con la llegada del PRD al poder, muchos siguieron subiendo y bajando escaleras, mientras que el partido continuaba su lucha interna entre dos figuras que se disputaban la jefatura.
Han pasado 10 años donde han sobrevivido con sus altas y bajas, pero solos. Han perdido dos elecciones, la última de forma arrolladora, sin que nadie de afuera u otro partido, viniera a meter sus manos, lo que me indica que saben lucha, caer y levantarse otra vez.
¿Que buen motivo o razón existiría para que un partido como el CD, quiera ser unido, aliado, fusionado o como le quieran llamar, a otro, donde sus propios dirigentes intentan denigrar a sus ex copartidarios, dejando expuesto el sentir que les sale del alma, y es que no quieren a los CDs allá?
Quizás sea muy ingenua a mis 42 años, pero no soy tan ilusa como para creer en cuentos de sirenas, en promesas de trabajo, desmentidas tantas veces por el.Señor Presidente Mulino, cuando en mi humilde opinión, lo que buscan es fortalecer al partido del asilado y designado corrupto, para controlar a un presidente que con Paso Firme está demostrando que:
NI EL ES MARTINELLI, NI MARTINELLI ES EL.
¡Gracias a Dios!